Mascarillas vemos, jefes enojados no sabemos
Analizar el comportamiento corporal es clave. La ‘nueva normalidad’ ha cambiado la forma en que se interpretan los gestos en el entorno laboral
La comunicación no verbal es universal y está en todos lados. Sin embargo, la pandemia ha hecho que se modifiquen ciertos aspectos en ella. Es imposible no transmitir algo, porque cualquier acción que se haga es información que se otorga para que los demás la interpreten.
Por eso, como en el ambiente laboral se trata con personas fuera del núcleo familiar o de amistad, tener la habilidad de reconocer de manera más precisa lo que comunica con su cuerpo (o lo que los demás hacen) es una herramienta a su favor.
Según Alan Crawley, licenciado en Psicología con un diplomado en comunicación no verbal, desde que se utiliza la mascarilla como medida de bioseguridad, la parte inferior de la cara está escondida, lo cual ha hecho que se modifiquen las interpretaciones de los gestos faciales. “Esta disminución de la expresividad facial ha motivado a las personas a compensarla, de forma inconsciente, gesticulando más con la parte superior (ojos y frente)”, puntualiza.
A través de movimientos como alzar las cejas, fruncir el ceño o abrir más los ojos, es posible transmitir a los compañeros o jefes en el trabajo, sentimientos que van desde empatía, liderazgo, asertividad, confianza o cercanía; hasta enojo, aburrimiento, frustración o desesperación.
En esta comunicación no verbal, es de gran ayuda la voz y el movimiento de las manos. Con la primera, aunque se pierda un poco el volumen por el uso de la mascarilla, hay que esforzarse en el tono, el énfasis e intensidad que se ponga; mientras que las manos son también necesarias “con el fin de poder captar de mejor manera la atención de los demás y tener una comunicación más clara, precisa y nítida”, manifiesta el experto.
Por eso, la próxima vez que dialogue con alguien en la oficina, no se enfoque solamente en las palabras sino con qué tono de voz lo dice, los gestos de sus ojos y el movimiento corporal.
Decisivo para conseguir la vacante
Los estudiantes más exitosos en el área universitaria, cuando salen al escenario laboral, no son necesariamente los que primero consiguen un empleo. Las habilidades sociales (la forma en que el ser humano se relaciona con los demás) pueden tener mayor impacto al momento de estar en la competencia de obtener una plaza de trabajo.
“Cuando dos candidatos tienen hojas de vida muy similares, en ese momento los gestos pueden marcar la diferencia de que uno quede o no contratado”.
Las claves no verbales que transmiten calidez, cercanía, empatía, simpatía, afinidad y amabilidad funcionan muy bien en los contextos de evaluación, porque dan a entender que se puede lidiar positivamente con otras personas.
- Tenga en cuenta
Algunos gestos pueden ayudarlo a comunicar confianza y seguridad en el trabajo sin decir una sola palabra, y otras, transmitir todo lo contrario. Tome nota.
Espalda erguida. Mantenerla así durante la jornada laboral, transmite confianza.
Mirada fija. Mire a los ojos de su interlocutor. Así demuestra empatía y certeza sobre lo que se piensa.
Manos en movimiento. Gesticular con ellas, permite mayor cercanía y confianza.
Cruzar los brazos. Mantenerlos de esta manera indica una actitud defensiva.
Las dos cejas elevadas. Denotan interés o sorpresa. Una sola ceja hacia arriba, señal de duda.
Evite poner sus manos en la cara. Este movimiento refleja inseguridad.
El ceño fruncido. Revela enojo u oposición. Parpadeo rápido. Comunica que está con mucho estrés o ansiedad.
- Entérese
Un estudio de la Cornell University (Nueva York) concluyó que la productividad laboral podría aumentar en un 15 % cuando los empleados mantengan una postura correcta. Esto ayudaría psicológicamente, ya que en esa posición, ascienden los niveles de serotonina, la hormona que contribuye al bienestar y la alegría.
- En Cifras
55 % del impacto que se ocasiona en otras personas está relacionado con los movimientos que se realizan y la proyección del cuerpo.
38 % está enfocado en la intención (tono de voz) que se utiliza al hablar.
7 % se concentra en la comunicación oral, es decir, las palabras.