¿Por qué es necesario aburrirse? Esto dice el psicólogo Paolo Crepet
Crepet sostiene que el aburrimiento no es un enemigo, sino una oportunidad para reconectar con uno mismo
En un mundo donde la tecnología, la inteligencia artificial y el internet dominan la vida cotidiana de las personas, el psiquiatra y sociólogo italiano Paolo Crepet, en una entrevista realizada al diario ´La Nuova Calabria, advierte sobre los peligros de la obsesión por la productividad y el impacto que tiene la tecnología en nuestra capacidad de disfrutar del tiempo libre.
El psiquiatra argumenta que el aburrimiento es esencial para la creatividad y el desarrollo personal. “Perder el tiempo también es importante”, afirmó en la entrevista, haciendo énfasis en la necesidad de recuperar momentos de pausa y reflexión.
En este sentido, Crepet critica la obsesión por la eficiencia y el ritmo constante, por ello, propone a no obsesionarse con aprovechar el tiempo. “Me gustaría ver a Mark Zuckerberg en una buena pizzería napolitana, disfrutando de una pizza de verdad. Me gustaría verlo perder un poco de tiempo”, expresó, tomando ejemplo del programador y empresario estadounidense sobre su presión de querer siempre innovar y producir.
La soledad social, un fenómeno destructivo
Crepet compara que la falta de momentos de descanso y la desconexión ha contribuido al crecimiento de una “soledad social”, que, según él, está destruyendo los espacios de interacción: “Esta guerra silenciosa nos hace cerrar quioscos, bibliotecas y lugares de encuentro. Nos empuja a la desconexión emocional y social”.
Paolo Crepet
Además, en la charla, el psicólogo también se centra en los jóvenes y pide “levantar la vista de las pantallas y levantarse del sofá” ya que, como él mismo dice “El contacto humano es irremplazable. Necesitamos reencontrarnos con la alegría de una risa compartida, con la emoción de un abrazo sincero”.
Con esto, Crepet insiste en que se necesitan recuperar nuestras emociones, creatividad y, sobre todo, humanidad. “Espero que los niños y niñas persigan algo que les haga decir ‘¡Guau!‘. Una pieza musical, un libro, una puesta de sol, lo que sea, pero no podemos quedarnos pegados al sofá", agregó.
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