
Neuroplasticidad y resiliencia: herramientas para el cambio
La capacidad de reinventarse no depende solo del cerebro, sino también de tomar decisiones conscientes.
En un mundo en constante cambio, la capacidad de adaptación y reinvención se vuelve esencial para el desarrollo personal y profesional. Así lo afirma el psicólogo Luiggi Sáenz de Viteri, quien resalta la importancia de la neuroplasticidad como una herramienta fundamental en la evolución del ser humano ante nuevas circunstancias y desafíos.
"Nosotros, como seres humanos, tenemos la capacidad de reinventarnos, de adaptarnos a entornos cambiantes y a situaciones que nos permiten tomar nuevos rumbos en la vida", explica Sáenz de Viteri. Desde un enfoque neurológico, esta habilidad está sustentada en la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para modificarse y reorganizarse en respuesta a experiencias, aprendizajes y cambios en el entorno. Sin embargo, más allá de los procesos biológicos, lo fundamental es la toma de decisiones y acciones concretas que permitan mejorar la calidad de vida y avanzar hacia nuevas metas.
El apoyo emocional: clave para la transformación
Uno de los factores clave en este proceso de transformación es el apoyo social. "Siempre es importante contar con un entorno adecuado que se alinee con lo que queremos alcanzar", destaca el psicólogo. No obstante, reconoce que existen limitaciones como factores económicos, sociales o de seguridad que pueden dificultar estos cambios. A pesar de ello, insiste en que el pasado no define el futuro y que las experiencias previas, sean agradables o no, no constituyen un camino único ni inalterable.
Otro aspecto crucial que menciona Sáenz de Viteri es la influencia de las expectativas externas en la toma de decisiones personales. "Muchas veces nuestra existencia es vista a través de perspectivas ajenas que pueden condicionar nuestro camino. Se espera que sigamos un patrón preestablecido, quizás el de nuestros padres o el de lo que la sociedad dicta, pero es importante recordar que tenemos la capacidad intrínseca de actuar sobre nuestro bienestar y nuestro entorno para llegar hacia donde realmente queremos estar", subraya.
Adaptarse y mejorar el futuro
La resiliencia juega un papel esencial en este proceso. Más allá de la capacidad de adaptación, ser resiliente implica aprender de las experiencias pasadas, aceptar los errores como parte del crecimiento y desarrollar estrategias que faciliten la construcción de un futuro más satisfactorio. La clave está en la autoconciencia, la voluntad de cambio y el desarrollo de habilidades emocionales que permitan afrontar la incertidumbre con mayor confianza.
En este sentido, la reinvención no es solo una posibilidad, sino una necesidad en la búsqueda del bienestar. Reconocer esta capacidad y asumir el control de las decisiones personales permite transformar la vida y construir un futuro alineado con las propias aspiraciones. Así, el cambio deja de ser una imposición externa y se convierte en una herramienta poderosa para el crecimiento individual.
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