Los niños y sus amigos imaginarios
La psicóloga Sara Joutteaux explica por qué surgen estos personajes y qué deben hacer los padres al respecto.
Patricia relata que a los 5 años de edad de su hija Dayanna se dio cuenta que la pequeña tenía una ‘curiosa’ amiga imaginaria de nombre Mía. “Todo comenzó cuando estábamos de vacaciones, jugaba siempre con ella y en ocasiones, en la hora del almuerzo, le dejaba un espacio en la mesa”, cuenta Patricia. Pasaron los meses y al regresar a clases, la niña, poco a poco, dejó de mencionarla hasta que un día, finalmente, le dijo a su mamá que “Mía ya se había ido a su casa”.
Según Sara Joutteaux, psicóloga y psicopedagoga infantil, existen ocasiones en que los niños, generalmente entre los los cinco y seis años, tienen amigos imaginarios a quienes “describen como personas que los acompañan, las ven e inclusive logran dibujarlas”.
Aunque menciona que este tipo de comportamiento no es muy frecuente, se presenta principalmente por motivos relacionados con dificultades para comunicar sus emociones y socializar con sus iguales, porque se sienten solos y encuentran en ellos compañía y seguridad o tienen un alto nivel de creatividad.
Recomendaciones
- Lo primero que deben hacer los padres es no asustarse ni retar a los pequeños, y prestarles atención sobre lo que cuentan de sus amigos imaginarios, así como preguntarles de forma amigable qué hablan con ellos. Así podrán identificar qué detonó la aparición de estos personajes.
- Hay casos en que este comportamiento puede ser positivo para el niño porque lo ayuda a desarrollar su ingenio. Guíelo para que socialice y se integre con otros infantes de su edad. En algún momento va a entender que esa persona no existe y que solo es parte de su imaginación.
- ¡Atención! Si descubre que ese ‘amigo invisible’ le pide realizar acciones negativas como autoagredirse, mentir “debe llevarlo inmediatamente a un especialista porque este accionar podría estar relacionado con trastornos psiquiátricos”, puntualiza la psicóloga Sara Joutteaux.
Debe saber
No existe una edad límite para que los niños tengan un amigo invisible. “Aunque esta conducta se presenta mayormente en hijos únicos, también puede suceder en quienes tienen varios hermanos. Eso no es un factor determinante”, recalca la experta.
