Noboa habría dicho que su esposa es adicta al celular, ¿existe la ciberadicción?
Gissela Echeverría, educomunicadora y tereapeuta familiar sistémica, hace 5 recomendaciones a los padres
Según la revista estadounidense The New Yorker, el presidente Daniel Noboa dijo que su esposa, Lavinia Valbonesi, es adicta a su celular. “Si escondes su teléfono durante dos horas se desplomará”, supuestamente le contó a Jon Lee Anderson. Pero, ¿hay adicciones sin sustancias?
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Leer másLa OMS, Organización Mundial de la Salud, dice que sí. La ciberadicción sería una “adicción sin sustancia”. Se trata de un uso abusivo o descontrolado de Internet, de redes sociales y en general de dispositivos, como el celular.
Gissela Echeverría es educomunicadora y tereapeuta familiar sistémica. Ella afirma que deslizar constantemente la pantalla del celular en busca de actualizaciones de estados en redes sociales; las charlas y mensajes a través de WhatsApp, los videojuegos y la interacción que generan los influencers son altamente adictivas.
Los chicos y los adultos pasan horas viendo videos de TikTok, también pendientes de sus grupos de WhatsApp y de publicar en sus redes sociales porque eso les genera gratificación y distracción, lo que produce descargas de dopamina al cerebro. Se activa el circuito de recompensa y el cerebro requiere más dosis, explica Gissela Echevería.
Ella escribió el libro ‘Conéctese con sus hijos, para que se desconecten de la red’, hace ya 10 años. Y ahora dice que la situación es más grave porque madres y padres se han vuelto más adictos a la actividad que pueden hacer en el celular que sus propios hijos. Así es difícil que logren ponerles límites, afirma.
Sobre Lavinia Valbonesi, la esposa del presidente Noboa, Echeverría comenta: “Obvio que se desplomará, si le quitan su celular dos horas”. Pide revisar el número de seguidores en sus redes sociales. En Instagram va por los 837 000. Y 513 000, en TikTok.
“Un influencer construye su personalidad al obtener el reconocimiento de sus seguidores en redes sociales. Se definen como personas que influyen. Su sustento es la imagen que proyectan, lo que dicen. No pueden dejar de alimentar a la audiencia, que a su vez alimenta su ego y seguridad personal”.
La educomunicadora y terapeuta familiar sistémica recomienda a los padres de familia:
- No entregar teléfonos celulares sino hasta los 15 años.
- Si ya requieren comunicarse con ellos, no les den teléfonos sino hasta los 13 años. Y que lo hagan junto a un contrato de uso adecuado, con restricciones de tiempo, para que no lo usen todo el día, indiscriminadamente.
- Estar pendientes del abuso sexual digital, que parte de la dependencia y consumo sin restricción de dispositivos y redes sociales.
- Evitar la aproximación temprana a la pornografía, ya que así empieza la normalización de la violencia y el abuso.
- Vigilar las ideas en torno a la imagen, que supuestamente deben tener las chicas, que parten de lo que se proyecta en las redes. En su consulta escucha a chicos con graves problemas de autoestima.
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