Fundación FENA
ONG. La Fundación FENA busca dar calidad de vida a los campesinos ecuatorianos.Cortesía.

Nuestro Agro promueve ferias y capacitación para fortalecer a pequeños productores

La fundación trabaja para dar calidad de vida a familias de zonas rurales. Buscan alianzas para ayudar a agricultores

“La pandemia nos dejó en claro una realidad: el agro ecuatoriano necesitaba un cambio estructural y nosotros queríamos ser parte de esa transformación”, afirma Oliuzka Vaca , vocera de la Fundación Ecuatoriana Nuestro Agro (FENA) . Esta organización nació con el objetivo de fortalecer el sector agropecuario a través de proyectos sostenibles, apoyando a pequeños y medianos productores para que puedan mejorar sus condiciones de vida y garantizar la seguridad alimentaria del país.

Desde su creación, la Organización No Gubernamental ha trabajado en la implementación de estrategias que buscan no solo aumentar la producción, sino también dignificar la mano de obra de los agricultores. “No basta con producir más, hay que producir mejor. Nuestro enfoque está en que el productor pueda vender directamente, sin intermediarios, y recibir un pago justo por su trabajo”, explica Vaca. Con esta premisa, FENA ha impulsado ferias agropecuarias donde los agricultores pueden comercializar sus productos sin depender de terceros, asegurando precios accesibles para los consumidores y una retribución justa para quienes trabajan la tierra.

Capacitación a agricultores con nuevas técnicas

Pero su trabajo no se queda ahí, la ONG también ha entendido que el acceso a conocimiento y tecnología es clave para el desarrollo del sector. “Capacitar a los productores es una de nuestras prioridades. Necesitamos que aprendan sobre técnicas agroecológicas, sobre el buen uso de los recursos naturales y cómo pueden innovar en sus cultivos”, señala la vocera. A través de programas de formación, la entidad ha llevado talleres de buenas prácticas agrícolas y ganaderas a diferentes comunidades, enseñando desde el uso eficiente del agua hasta el manejo adecuado de fertilizantes y pesticidas. “No se trata de producir por producir, sino de hacerlo de manera responsable, protegiendo el medioambiente y garantizando la sostenibilidad de la tierra”, enfatiza Vaca.

La fundación también ha ampliado su alcance al ámbito social, desarrollando programas de atención médica preventiva y nutricional en comunidades rurales. “La salud es otro pilar fundamental. Hemos visto cómo las condiciones de vida afectan directamente a los productores y sus familias. Si queremos que el agro prospere, debemos preocuparnos también por el bienestar de quienes lo sostienen”, comenta. Dentro de este eje, la fundación trabaja con personas en situación de vulnerabilidad, brindando asistencia en prevención de enfermedades comunes en zonas agropecuarias y promoviendo hábitos saludables.

Cooperación de organismos públicos y privados

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El trabajo de FENA no sería posible sin la cooperación de múltiples actores. Empresas privadas, organismos públicos y voluntarios se han sumado a la iniciativa, permitiendo expandir el impacto de sus proyectos. “Aquí nadie puede trabajar solo. Nos hemos dado cuenta de que la única forma de generar un cambio real es uniendo esfuerzos”, dice Vaca. La fundación ofrece distintas formas de participación: desde el voluntariado en actividades agrícolas hasta la creación de alianzas estratégicas con instituciones comprometidas con el desarrollo sostenible del agro. “Toda ayuda es bienvenida, ya sea en insumos, financiamiento o apoyo técnico. Cada aporte suma para construir un agro más fuerte y equitativo”, asegura.

Proyecto: Comedor comunitario

De cara al futuro, esta organización tiene grandes proyectos en marcha. “Queremos consolidar comedores comunitarios autosustentables en las zonas más vulnerables. La seguridad alimentaria no puede ser un privilegio, tiene que ser un derecho garantizado para todos”, enfatiza la vocera. Además, la fundación está trabajando en fortalecer sus programas de formación en el manejo de productos agropecuarios y en estrategias de comercialización que permitan a los productores obtener mejores oportunidades en el mercado. “El campo no puede seguir rezagado. Tenemos la tecnología, tenemos el conocimiento, ahora solo necesitamos más apoyo para seguir creciendo”, insiste.

Con una visión clara y un compromiso firme, la Fundación Ecuatoriana Nuestro Agro se ha convertido en un pilar de esperanza para millas de productores en Ecuador. “Nuestra meta es que el agro ecuatoriano no solo sobreviva, sino que prospere. Queremos que cada productor tenga las herramientas para crecer, que se sienta valorado y que pueda vivir dignamente de su trabajo”, concluye Oliuzka. 

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