Oenegé emprende proyecto que rescata a jóvenes consumidores
Están ubicados en la Martha de Roldós. 200 menores han logrado reinsertarse a la sociedad
Una nueva oportunidad. Es la consigna que mueve a la Fundación La Voz de Jehová, desde hace 2 años. En la actualidad, la normalización y naturalización del uso de drogas y alcohol entre adolescentes cada vez más jóvenes es un fenómeno preocupante.
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Leer másEn estos años, los consumos han dejado de generar alarma y se produjo una aceptación cultural de algunos de ellos. Es decir, muchos adultos debieron aceptar que los y las adolescentes consumieran en ciertos tiempos y contextos y en edades cada vez más tempranas.
Tomar alcohol o consumir drogas, como si no hubiese otra alternativa para pasarla bien, o pertenecer a un grupo, es moneda corriente y quien se oponga a estas prácticas se lo aleja del círculo. En vista de esta problemática Ignacio Bernita, presidente de la Fundación, decidió emprender junto a sus hermanos de la iglesia, programas y actividades que traten estos casos.
“Nosotros tratamos de sacar a niños y jóvenes de las drogas en su totalidad, pero es imposible porque los recursos que tenemos son muy pocos como para reintegrarlos a la sociedad. Hemos hecho lo mejor posible para trabajar con ellos”, manifiesta Bernita.
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Leer másEl trabajo es “tenso”, pero se siente seguro de la dedicación del grupo de apoyo que trabaja en cada área. La ONG está ubicado en la cooperativa Santiaguito de Roldós, suroeste de Guayaquil, y se dedican a esa comunidad, que al criterio de Benito, es inmensa y hasta con casos de niños que decidieron seguir el camino de las drogas desde muy temprana edad.
La gestión empieza con el cuidado, entrega de vestimenta, aplicación de inyecciones y sueros y alimentación. El primer paso es el diálogo para conocer qué tanto está dispuesto a dejar la sustancia. Muchos de ellos deciden continuar con el proceso, aunque desisten en la etapa de la abstinencia.
“En ese momento se lo recluta y empezamos a trabajar con ellos en la aplicación de sueros y alimentación, que en muchos casos, son brindados por la propia familia. Los inyectamos en un espacio adecuado y evitamos que trascienda el momento de la mona”, explica el titular.
Grupo de apoyo
Los psicólogos, doctores, enfermeras, entre otros profesionales voluntarios juegan un papel importante. En sus charlas sobre su estado actual, la integración en la familia, las experiencias de otros y el empoderamiento social alivia la fatiga emocional en muchos de ellos.
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Leer másEl grupo está en riesgo de adquirir efectos perjudiciales en la salud física y mental, incluyendo problemas de desarrollo cerebral, trastornos mentales, adicciones y enfermedades físicas. El proceso es esporádico y el joven debe acercarse a las instalaciones; antes contaban con un lugar permanente gratuito que se cerró porque fue utilizado para otras actividades.
Alrededor de 18 personas recorren hospitales y maternidades para la entrega de alimentos y con ello generan ingresos. “Por eso es que soñamos con un el proyecto de buscar una finca para hacer una área de recreación con canchas y sembríos de corto tiempo; todo para ellos y así evitar sacarlos a pedir comida en la calles y mejor es que ellos los preparen y que sepan que son productivos y después de un año y medio traerlos a la sociedad”, cuenta. A pesar de los pocos recursos, la organización ha logrado reintegrar a la sociedad a 200 jóvenes y muchos de ellos, en la actualidad, se desempeñan como profesionales
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