Una oenegé renal brinda tratamientos a un bajo costo: ¿Cómo acceder?
Del Ministerio de Salud Pública y del IESS trasladan a los pacientes a la fundación
Es un problema de salud que toma fuerza y requiere de atención integral. De eso se encarga la Fundación Renal del Ecuador Íñigo Álvarez de Toledo en sus intervenciones médicas y en exámenes de alta demanda. Nace el 8 julio 1985 mediante un convenio internacional, donde se beneficiaban con máquinas de diálisis que les permitió formar, paso a paso, la fundación renal.
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Leer más“Nuestra misión radica en disminuir el número de pacientes con insuficiencia renal crónica, que en la actualidad, se ha convertido en una pandemia. Esto lo logramos con la prevención, diálisis de calidad y a bajo costo, concienciación de la enfermedad, colaborando con la docencia a nivel de cursos de capacitación a médicos nefrólogos y de trasplante renal. Desde el 2012 a 2018 se enviaron estos especialistas al Hospital Asturias”, detalla Guillermina Blum, presidenta de la organización.
La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es la acumulación en la sangre de productos de desechos (toxinas) que no son eliminados en la orina. Varias enfermedades mal controladas después de muchos años llevan a esta enfermedad. Los médicos del Ministerio de Salud y del IESS remiten sus pacientes, en su gran mayoría en grado 5, a la fundación.
¿Cuál es el proceso?
El paciente llega y se somete a primeras consultas, donde los profesionales de la fundación ingresan nómina y arrancan con procedimientos que eviten mayor evolución. En caso de pacientes con grado 5, la solución inmediata son las hemodiálisis, que manejan un valor 40% menos al tradicional de un centro privado.
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Leer más“En la hemodiálisis, la sangre del paciente se limpia en una máquina a través de un filtro y regresa al cuerpo luego de retirar las toxinas y el exceso de líquido. Se necesita tener colocado un catéter en una vena central o tener una fístula arteriovenosa. Es vital su aplicación desde que se diagnóstica un grado 5”, explica la titular de la ONG. Se aplican tres veces a la semana, de tres a cuatro horas y media, todos los días y meses del año.
Para hacerlo posible, la Fundación Íñigo Álvarez de Toledo ha recibido la donación de máquinas especializadas de España y Japón; mientras que otras se consiguieron por autogestión. “No tenemos muchas bajas a nivel de mortalidad. Es un tratamiento integral psiconutricional, talleres ocupacionales y le incentivamos con programas a nuestros pacientes”, cuenta.
El programa ‘Mis mejores cuatro horas’ se inició en 2011 como una actividad recreativa y reflexiva, donde se utiliza el tiempo que demora el procedimiento dialítico para compartir con estudiantes de colegios y universitarios. Estas actividades son bien acogidas por nuestros pacientes.
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Leer másTambién están los talleres ocupacionales donde los pacientes y familiares aprenden trabajos en fomix, tela, pañolencia, espumafón, entre otros. “Estos momentos sirven para que el grupo despierte camaradería, experiencias y aprenda constituyendo una herramienta de trabajo”, añade.
Desde el 2013 organizan charlas en la sala de hemodiálisis donde se muestran otras patologías que pueden presentarse en la enfermedad renal crónica. Los profesionales las expone junto a los cuidados que la persona puede seguir para mejorar su calidad de vida.
Voluntarias
La conforman un grupo de 15 señoras que llevan actividades recreativas y charlas animadas durante el tiempo que dura el tratamiento. Ellas buscan voluntarias jóvenes.
Ejercicios y trasplantes
Desde el 2017, se implementan ejercicios de baja intensidad en la condición física y funcional de los pacientes con insuficiencia renal crónica en hemodiálisis. Alrededor de 25 pacientes en 30 años de gestión han conseguido pasar la lista y adquirir trasplante de riñón. Aún hay personas que esperan el llamado.
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