ONG Arte Nativo trabaja por la interculturalidad en el país
Con 25 años de vida trabajan proyectos de descentralización cultural y acceso al arte en comunidades indígenas
A finales de la década de los noventa, cuando el concepto de “promoción de la cultura” apenas comenzaba a tomar forma en Ecuador, un grupo de jóvenes indígenas y mestizos se reunió en la comunidad de Pulingui, en la provincia de Chimborazo. Lo que surgió de esos primeros encuentros fue la semilla de la Fundación Arte Nativo, una organización que este año celebra 25 años impulsando la descentralización de la cultura y el acceso equitativo al arte.
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“Nos acercamos a organizaciones como la Fundación Guayasamín y descubrimos que podíamos hacer algo más por nuestras propias comunidades, que generalmente estaban alejadas de las actividades culturales”, cuenta Pia Zurita, directora y vocera de la Fundación.
“En 1998 comenzamos las reuniones formales, y para el año 2000 obtuvimos la personería jurídica del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes y Recreación. Desde entonces, nuestro norte ha sido la interculturalidad, la equidad, lo intergeneracional y el respeto al medioambiente, todo visto a través del arte”, añade.
Para la Fundación Arte Nativo, la unión entre mestizos e indígenas ha sido clave desde su creación. Según Zurita, dicha fusión ha permitido un mayor alcance en proyectos destinados a comunidades rurales y poblaciones con menos oportunidades de acceso a la cultura.
“El arte y la cultura tienen que llegar a todos. Por eso, hemos trabajado en escuelas, colegios, universidades, mercados y barrios, tanto urbanos como rurales. Es la única forma de descentralizar y hacer que los derechos culturales sean una realidad”, asegura.
El calendario de la Fundación cierra con la Décima Cuarta Edición del Kunturñawi, que es uno de los festivales de cine ecuatoriano más importantes.
Uno de los primeros proyectos que la Fundación puso en marcha fue la Revitalización Cultural en Ozogoche, que inició en 2002 y que en 2014 pasó a ser gestionado directamente por las comunidades locales. “Ver cómo los propios habitantes se apropian de las iniciativas culturales es una de las mayores satisfacciones que hemos tenido”, dice Zurita.
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Sin embargo, la Fundación es reconocida a nivel nacional por la organización del Festival de Cine Ecuatoriano Kunturñawi, que nació en 2005 con el objetivo de llevar el cine nacional a audiencias diversas y, muchas veces, desatendidas.
“Lo que más me enorgullece es saber que este año alcanzamos a 28.175 personas, de las cuales 9.354 son de zonas rurales y 18.821 de zonas urbanas. Además, logramos involucrar a 145 cineastas, actores y fotógrafos en foros, talleres y laboratorios, con un total de 273 proyecciones de películas. Eso es un gran paso para visibilizar el trabajo de nuestros realizadores ecuatorianos y formar nuevos públicos”, recalca la directora.
Detrás del éxito de esta entidad hay un equipo que, si bien es pequeño, se sostiene en el voluntariado de personas de diversas edades y profesiones. “Somos pocos miembros permanentes, pero tenemos el respaldo de nuestras familias y voluntarios que se suman a los proyectos y aprenden tanto como enseñan”, explica Zurita.
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La Fundación mantiene convenios y pasantías con varias universidades del centro del país, así como con institutos como INCINE, la Universidad de Las Américas (UDLA) y la Universidad de las Artes (UARTES). “Creemos que la formación académica y la práctica cultural deben ir de la mano”, concluye.
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