ONG se centra en la educación y salud de los más vulnerables
La institución apadrina a 894 estudiantes de la Unidad Educativa Fiscomisional San Ignacio de Loyola
La Fundación Madre Dolorosa (Fasmad) nació de un llamado a la solidaridad y al servicio que recibió el Padre Ignacio Moreta, un jesuita filipino que llegó al Ecuador en 1980. En 1987, fue trasladado al Colegio Javier en Guayaquil donde un año después, durante la celebración de la Madre Dolorosa, sintió la necesidad de ayudar a los pobres y personas vulnerables que vivían en el botadero de basura San Eduardo.
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Leer másMovido por su fe y compromiso social, el Padre Moreta convocó a un grupo de padres de familia del Colegio Javier para que se sumaran a esta misión. Así, en 1988, surgió la Fundación Madre Dolorosa con la tarea de ayudar a 52 niños de un centro educativo de Fe y Alegría, a través de becas de estudio.
Y es así, como en 1990, la Organización No Gubernamental (ONG) fue reconocida oficialmente consolidando su institucionalidad y permitiendo expandir su impacto en las comunidades más desfavorecidas del país. Desde sus primeros días, Fasmad centró gran parte de su esfuerzo en la educación.
“Hasta la fecha, más de 2,200 niños de 1 a 3 años han sido atendidos en dos centros de Desarrollo Infantil: Santa María y Amiguitos de Jesús #33, ubicados en la Perimetral, norte de Guayaquil. Estos centros, situados en la Comunidad San Ignacio de Loyola, ofrecen un entorno seguro y estimulante para los más pequeños, asegurando un buen comienzo en su formación educativa”, afirma Ana Garay de Lasso, presidenta del comité ejecutivo Fasmad.
Fasmad educa a estudiantes y brinda ofertas médicas
Asimismo, Garay comparte a EXPRESO que la fundación ha formado a más de 600 estudiantes en su Unidad Educativa Fiscomisional San Ignacio de Loyola, también ubicada en la Perimetral Norte. “Esta institución ofrece especializaciones en Mecánica Automotriz e Informática y le brinda a los jóvenes la oportunidad de adquirir habilidades técnicas que les permitan acceder a mejores oportunidades laborales”, asegura.
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Leer másLady Solorzano, fue una de las beneficiadas por este proyecto, y ahora se dedica a la labor comunitaria incluyendo en sus prácticas las competencias adquiridas. “Estas experiencias me inspiraron a querer trabajar algún día en servicio a la comunidad, siguiendo el ejemplo de la Compañía de Jesús”, comparte.
El compromiso de la ONG con la comunidad no se detiene en la educación. En el área de salud, la fundación regenta dos centros médicos que brindan atención primaria de calidad a bajo costo. El Dispensario San Ignacio de Loyola, en la Perimetral Norte de Guayaquil, realiza más de 5,000 atenciones anuales, mientras que el Hospital del Día Casa del Buen Samaritano, en Pedro Carbo Sabanilla, supera las 12,000 atenciones cada año.
“Estos centros ofrecen una amplia gama de servicios médicos, desde consultas en medicina general hasta especialidades como pediatría, obstetricia, odontología, dermatología, oftalmología, entre otras. Además, cada quincena se realizan cirugías programadas, incluyendo procedimientos ginecológicos y oftalmológicos, a precios accesibles”, informa Garay.
El éxito de la Fundación Madre Dolorosa no sería posible sin el esfuerzo conjunto de sus 44 voluntarios, legalmente registrados por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), y a los 81 colaboradores remunerados que trabajan diariamente en los programas de educación y salud. Un equipo, guiado por un profundo sentido de responsabilidad social con visión de transformación.
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