ONG se centra en erradicar la violencia en zonas marginadas

Defiende y promueve la justicia a favor de personas y comunidades en situación de pobreza o afectadas por injusticias. La principal meta se enfoca en mejorar y lograr el fortalecimiento de la democracia y la reconciliación del país. Así se creó la Fundación Paz y Esperanza con 15 años gestión en el país. Es una organización cristiana de derechos humanos que se centra en casos de abuso sexual y personas damnificadas.

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“Nosotros fuimos parte de la coalición que dispuso la ley de femicidios donde se tomaron varias decisiones para Guayaquil y a nivel nacional. A partir de ese año se incorporó el delito de femicidio en el COIP. También trabajamos en el contexto del terremoto en Manabí y Esmeraldas en varias líneas de acción”, expresa José Vinces, director de la organización.

El principal objetivo fue la ayuda humanitaria, filtros de agua, prevención del abuso sexual en albergues, escuelas y capacitaciones a los habitantes de comunidades, en temas de gestión de riesgo, plan familiar y comunitarios, en habilidades blandas. Lo replicaron en el tiempo de la pandemia en las mismas provincias. 

En conjunto con Misión Alianza Noruega de Ecuador identificaron tres problemas recurrentes en Milagro: consumo y venta de drogas, inseguridad ciudadana y violencia intrafamiliar y contra la mujer. También se consideró por medio de una encuesta que el gremio con mayor afectación ante la inseguridad es el privado, quienes se quejan de ser las víctimas directas de los secuestros, vacunas, extorsión y robos. 

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En cambio, los habitantes respondieron que requieren mayor atención en el acceso al agua, el alcantarillado, la violencia a la niñez y la privación de alimentos por la falta de empleo. “Nosotros apostamos por entrenamientos y formamos parte de algunas redes de movilidad humana, CIDH, entre otras organizaciones. También realizamos caravanas solidarias en varios puntos del país y hacer incidencia políticas con visitas a alcaldes y otras autoridades para empujar el trabajo social y políticas públicas de no discriminación”, manifiesta Vinces.

Se elaboran programas formativos en prevención de la violencia que utilicen una metodología lúdica para desarrollar conceptos, tipos de violencia, y consecuencias. Asimismo, promover talleres para dar a conocer la ruta a la justicia ante supuestos casos. También, realizan cursos vacacionales para los niños y adolescentes en danza, música, lectura, entre otros. 

Brindan talleres de emprendimientos para mujeres o familias y crean programas formativos promotoras de salud. La carencia de acceso a la salud en las ciudadelas de Agua de Berlín y Voluntad de Dios llegan a puntos críticos. Ahora integran la coalición Integrando Frontera Ecuador- Venezuela conformada por asociaciones migrantes.

“Ahora estamos con un centro municipal que brinda atención multidisciplinaria a niños y jóvenes migrantes. En la red de movilidad humana con sus mesas temáticas y a nivel internacional mediante una campaña en 2019 con oenegés cristianas”, argumenta. 

Buscan incidir efectivamente en las políticas de prevención y mitigación de desastres, y en protección en movilidad humana para una Migración Segura, Ordenada y Regular en diferentes puntos vulnerables de la ciudad

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