ONG Ser Feliz trabaja en el lado emocional de niños con cáncer: ¿En qué consiste?

Un proceso menos doloroso y en compañía. Esa fue la intención con la que se formó la Fundación Ser Feliz y, que en la actualidad, velan por 438 niños desde 0 a 18 años que padecen de cáncer. Empezó hace 12 años con una visita a Solca sin imaginarse que su espíritu solidario la iba a empujar a crear un grupo de voluntarias con ‘ganas’ de visitar hospitales.

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“Nuestro enfoque es sobre todo en la parte emocional atendiendo a los chicos; esto conlleva atención psicológica, lúdica recreativos, emocionales y cuidamos de su nutrición con suplementos nutricionales”, cuenta Lissette Ortega, presidenta de la Fundación Ser Feliz. A esto le suman clases de Arte Terapia, espacios espirituales y odontológicos.

¿Cómo ser parte de la fundación?

El padre interesado debe estar atento a las dos inscripciones: en mayo y en octubre; o su vez el grupo de voluntarias avisan en sus visitas al hospital. Es vital entregar cierta documentación antes de ingresar al programa: cédula de identidad del representante legal, del paciente y el diagnóstico del doctor. 

Los niños que integran la lista son los que reciben los beneficios de la fundación totalmente gratuito. “Nosotros entregamos el Kit Ser Feliz que contiene un suplemento nutricional, un paquete de toallas húmedas, pañales, un paquete de protector de cama, shampoo y antibacterial”, detalla Ortega.

Asimismo busca proyectos para generar ingresos; uno de ellos es la carrera 5k, donde buscan la acogida de 1.500 corredores. También le apuestan a las recaudaciones por el Día del Niño, Navidad y para el Día Internacional de la lucha contra el Cáncer, con eventos de apadrinamiento y espacios para entrega de donaciones. 

“Siempre estamos abiertos a la solidaridad de las personas; lo que quieran donar ayudan a los programas. Hay personas que donan cuando hay publicidad y no solo transferencia, sino que vienen a compartir con nosotros los miércoles que tenemos la casa abierta”, cuenta la titular. 

‘Ser feliz’ emplea programas espirituales que se dividen en la lectura de Biblia para adventista y el rosario para católicos. Otros son los oftalmológicos, odontológicos, Arte terapia, músico terapia, visitas hospitalarias, que comprenden las actividades lúdicas y la escuela de madres, donde reciben soporte psicológico y de comprensión, escuela para padres de familia con salud mental, y programas deportivos en danza y natación.

“Nosotros vamos los martes al Icaza Bustamante, pero el 70% de los pacientes son de Solca. El Icaza Bustamante necesita mayor ayuda. Vamos y compartimos con nuevos chicos, con los nuestros, realizamos un seguimiento y se entrega la donación del kit”, explica.

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Los paseos son los más solicitados por los niños. Las voluntarias escuchan los pedidos y arman el viaje con todo el grupo. “Esta fundación considera todo el tiempo a la mamá porque es la cuidadora, la que conoce a su hijo y sufre; necesita de apoyo emocional”, argumenta. Para ello, es vital que el paciente acuda de lunes a sábados, de 9:00 a 12:00, a las instalaciones de la institución.

No obstante, al cumplir 18 años, la fundación le realiza una despedida por su mayoría de edad y “lo que se hace es que por medio del convenio con Argos ellos puedan seguir sus estudios y vida normal”. 

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