Una ONG impulsa el cambio social a través de la música: ¿Cómo funciona?

Con una trayectoria de casi tres décadas, la Fundación de Solidaridad Ecuatoriana ha demostrado que el poder de la educación y las artes puede transformar vidas. Fundada en diciembre de 1994 por Cristóbal Lamar y Blanca Salas, dos educadores visionarios, esta fundación nació con el propósito de mejorar la calidad de vida de los sectores populares e históricamente relegados del país.

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Desde sus inicios, la Organización No Gubernamental (ONG) se enfocó en capacitaciones tecnológicas, artesanales y de desarrollo femenino en Pichincha, Santo Domingo y Carchi, marcando un precedente en su misión social. Sin embargo, en enero de 2017, bajo el liderazgo de Vanessa Lamar y Manuel Campos, el organismo encontró un nuevo propósito: la educación artística gratuita como herramienta de transformación social.

Campos, actual presidente de la ONG, explica a este Diario que el objetivo es mucho más que la enseñanza musical. “Buscamos formar valores en niños y jóvenes a través de la música. Las orquestas sinfónicas y coros que hemos creado no solo enriquecen sus vidas, sino también las de sus familias y comunidades”, alega.

Jóvenes músicos se presentan en hospitales, escuelas y centros de rehabilitación

Desde Guayaquil, la Fundación ha desarrollado proyectos que han llevado a jóvenes músicos guayasenses a interpretar melodías en hospitales, escuelas, plazas y centros de rehabilitación social. Este impacto trasciende los límites geográficos, ya que algunos beneficiarios han representado a Ecuador como embajadores culturales en países como Estados Unidos, México, Francia y Argentina.

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Además, el esfuerzo de la Fundación se extiende a la inserción laboral. Actualmente, varios de sus estudiantes nutren las filas de orquestas sinfónicas profesionales del país, consolidando su formación artística como una herramienta de desarrollo profesional y social. 

Así, en alianza con la Prefectura del Guayas, la ONG lleva adelante el proyecto Guayas Sinfónica, una red de orquestas y coros que opera en ocho cantones de la provincia: Guayaquil, Nobol, El Triunfo, Palestina, Balzar, Pedro Carbo y Samborondón. “Guayas Sinfónica no solo crea música, sino oportunidades. A través del aprendizaje colectivo, acercamos a niños y jóvenes al mundo de las artes, entendidas como la más poderosa herramienta de transformación social”, señala Campos.

El reconocimiento al impacto del proyecto llegó en septiembre de 2024, cuando el programa se integró a El Sistema Global, la principal institución mundial de formación de orquestas infantiles y juveniles. Este logro no solo valida la calidad de la iniciativa, sino que también amplía las oportunidades para los jóvenes músicos de Ecuador en el ámbito internacional.

La Fundación continúa demostrando que las artes no solo embellecen la vida, sino que también son un motor de cambio social. Gracias a su compromiso con la educación y el desarrollo comunitario, esta organización se ha convertido en un referente en la formación de valores y en el empoderamiento de las nuevas generaciones. Para Campos, el camino institucional está claro: “Cada nota, cada acorde que nace de nuestros jóvenes, lleva consigo un mensaje de esperanza. Ese es nuestro legado: transformar vidas”, concluye.

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