ONG Nausan y sus servicios a la comunidad de Monte Sinaí
Las diferentes cooperativas reciben víveres y atención a adultos mayores y a mujeres
Encontró en Monte Sinaí un espacio para aportar, apoyar y promover buenas prácticas a niños, jóvenes, madres y adultos mayores de las cooperativas. Jenny Sánchez Plúas, Directora Ejecutiva de la Fundación Nausan, nació en ese sector. Lleva 20 años de labor social en Guayaquil y en cantones. Incursionó como voluntaria en la Cruz Roja, Cuerpo de Bombero, entre otros. Su vida estuvo rodeado del voluntariado, por sus padres, y en la actualidad, apoyado por su esposo.
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Leer másInició preparándose, por su cuenta, en empresas públicas y privadas. “Estuve en la política y encontré la forma de seguir ayudando mediante la búsqueda de personas. Ingresé en proyectos como voluntaria para formarme y servir a la comunidad”, comenta Sánchez.
Sin tener lugar, Jenny inició con las charlas, acogida de donaciones y funcionamiento de brigadas médicas en la sala de su casa. Para ese entonces, Monte Sinaí comenzaba a poblarse y ella sintió que era el momento de ayudar. “Mi esposo con sus ahorros me compró una carpa y estábamos entre la calle y la sala de mi casa para que cuando lleguen los doctores puedan atenderlos en la sala de mi casa y en las carpas gestionamos otras actividades. Así me conocieron y trabajamos con otros líderes”, cuenta.
Después de recibir sinnúmero de cursos y talleres, la mujer junto a su amiga, decidieron crear la fundación. Inicialmente contó con 10 voluntarias que terminaron en 3 voluntarias, quienes mostraron entusiasmo e interés por el prójimo. A esto se le sumó la muerte de su padre; tiempo después consigue formar el nombre de la ONG.
“En un momento a otro recibo la noticia de un ministro del gobierno de Lenín Moreno que revisó una lista de líderes sociales y mi nombre estaba en esa hoja. Ellos llamaban para donar kits de víveres que ayudarían a la fundación. Con ese apoyo alcancé a repartir casi 2.500 raciones de víveres en Monte Sinaí. Casi 70 voluntarios de diferentes cooperativas ayudamos y beneficiamos a más de 200 familias. También, recibí la llamada de Banco de Alimentos Diakonía que se sumó a la labor”, asegura. Continua preparando alimentos y vendiéndolos en una cara. Fue víctima de robos y de tropiezos propios de un proceso con poco presupuesto.
Clubes y programas de la fundación
Poco a poco logró posicionarse hasta el punto de abrir clubes para adultos mayores, mujeres gestantes y lactantes, en boxeo, fútbol, danza y música. En el caso de los adultos mayores, los 35 integrantes participan en terapias y actividades lúdicas, llevan kit con víveres, ciertos de ellos apuestan por danza y música. Aparte pasan por control de glucosa y presión. No hay requisito para el ingreso.
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Leer másLos psicólogos voluntarios imparten charlas para rescatar el lado emocional. “La idea es que se sientan bien y que sepan que no se les prohibirá nada. Pueden ir con su hijos, nietos y más familiares para que se sientan motivados y con ganas de salir adelante en todo momento”, acota.
En el club para madres gestantes y lactantes, la institución pide copia de cédula de la madre, registro de embarazo y de los niños menores de dos años. Ellos reciben alimento nutricional, vitaminas y pañales.
En caso de que reciban ropa, éste será entregado a los niños y madres; son “regalos” de la comunidad y de empresas privadas. “Mi meta es poseer un comedor popular para adultos mayores y mujeres gestantes, para una mejor nutrición”, expresa
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