ONG reformula técnicas de convivencia en niños
Fundación MAMI forma nuevas conexiones en el aprendizaje y la creatividad. El proyecto involucra a la naturalezal
La Fundación MAMI busca el desarrollo de habilidades intelectuales en un entorno natural y seguro. Valorando el desarrollo biológico, psíquico y social, la fundación se esfuerza por formar nuevas conexiones en el aprendizaje, desaprender contenidos tradicionales y potenciar la creatividad y conductas positivas.
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Este proyecto se basa en el derecho de cada niño y niña a crecer en un entorno sano y libre de violencia. En él, los menores desarrollan sus capacidades, promueven el pensamiento creativo, la inteligencia emocional y la confianza. Todo esto se logra a través de métodos de formación intelectual que incluyen el juego, la psicoeducación y el contacto con la naturaleza.
Se encargan de conocer las propias emociones y las de los demás. Desarrollan habilidades para la relación sana con el entorno y reflexionan sobre el beneficio de una vida sana. También crean hábitos saludables en relación a la alimentación y el cuidado del cuerpo.
Son conscientes de la importancia del cuidado del medio ambiente y promueven la creatividad, autosuficiencia y la confianza, además de interactuar con la naturaleza, favoreciendo la armonía y la libertad.
La organización construye un entorno seguro para que el niño desarrolle sus propios espacios mentales. “Buscamos comprender la esencia de su naturaleza dentro de un espacio natural y libre, promovido por la confianza a través de la creación de grupos y actividades que desarrollen las emociones”, refuerza la ONG.
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La expresión en plenitud revela el camino para romper con las ausencias emotivas y limpiar la energía que paraliza, comenzando el niño a valorar de una nueva manera las propias frustraciones, reconociéndose en ellas y activando mecanismos que favorezcan su curación.
“A nuestro entender, promover en esta nueva época espacios naturales es obligatorio. La transformación integral del ser humano nace a partir de sus actos responsables. Hemos sido autores de dañar el planeta, pero ahora debemos alinearnos en el conocimiento para aprovechar las energías verdes para su posterior aplicación”, explica.
El proyecto está dirigido a todos los niños y niñas que tengan algún tipo de problemática en sus hogares y que esta les impida el normal desarrollo emocional, cognitivo y social en sus vidas. Además, trabajan a través de talleres donde promueven espacios de reflexión y actividades para abordar aspectos emocionales y cognitivos.
Los talleres se dividen en un encuentro semanal por grupo, con una duración de cuatro horas. Las actividades son coordinadas por un equipo de profesionales. Se estima que acudan 20 niños por encuentro. El grupo tendrá en cuenta las edades y los intereses de los diferentes grupos.
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Se suman psicólogos, docentes de plástica, huerta, teatro gestáltico y danza, además de personal auxiliar de mantenimiento y cocina. Los encuentros se realizan en un espacio integral ubicado en Sierra de los Padres, con todas las instalaciones necesarias y planificado para un contacto constante con la naturaleza.
Utilizan una metodología participativa y dinámica, que permite a los talleristas y niños intervenir activamente en la construcción del aprendizaje, teniendo en cuenta los temas de interés de los integrantes de cada grupo. Ellos forman un espacio terapéutico grupal, con talleres, juegos, lecturas de cuentos y charlas reflexivas.
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