Una ONG reinserta a niños que han perdido el cuidado familiar
Proponen 383 alternativas de cuidados para infantes sin hogar. En los jóvenes les facilita espacios en empresas
Una labor que vela por los derechos de niñas, niños y adolescentes a vivir en familia. Y es posible con el apoyo de la organización Aldeas Infantiles SOS, que en 1963 llega para defender los derechos de los niños, niñas y adolescentes, específicamente por su derecho a vivir en familia, pero no cualquier entorno, una segura, protectora y sin violencia para que desarrollen el potencial.
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Leer más“La mirada empieza a trabajarse con niños y niñas que han perdido el cuidado familiar por orfandad, violencia o abandono. Son niños que llegaban a la fundación y eran cuidados sobre todo por mujeres cuidadoras. Con el tiempo la organización ha transformado las necesidades de los niños y sus demandas de atención”, argumenta Eva Peñafiel, Subdirectora Nacional de Programas de la ONG.
Desde 2015 trabajan en tres niveles: primario, donde la comunidad trabaja y líderes reciben soporte de un equipo profesional para desarrollar habilidades de protección y de respuesta frente a la violencia. También trabajan con la familia desarrollando habilidades parentales de cuidados, es decir, enseñando crianza positiva, redes de salud y educación.
“Lo que buscamos con estas dos intervenciones es desarrollar fuertemente a una comunidad que proteja a niños y que ellos no salgan a un acogimiento institucional o a un cuidado alternativo, sino que la comunidad de soporte y la familia este preparada”, manifiesta Peñafiel.
En la parte de la institucionalización se diversifican los servicios, por ejemplo: medidas de acogimiento familiar en donde el menor tiene la oportunidad de ser acogido por una familia capacitada y certificada en la custodia. En el acogimiento con familiares consanguíneos viven con familia ampliada: abuelos, tíos o un familiar cercano.
Alternativas de la ONG
En el acogimiento residencial vive en una casa de Aldeas Infantiles SOS como una familia dentro de la comunidad. En reinserción y post inserción familiar se trabaja para unirlos al núcleo de origen y luego el acompañamiento para sostener el proceso de relacionamiento familiar.
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Leer másLa otra carta es la adopción. Se accede en casos donde el menor no tiene la posibilidad de regresar con su familia: no cuenta con el deseo, no se la conoce o a pesar del acercamiento no emite respuesta. “La organización conoce que hay niños que les tocó estar mucho tiempo institucionalizado y cuando salen a los 18 años se van a encontrar en un mundo que les va a exigir trabajo, continuidad educativas y autonomía”, argumenta.
Para combatirlo, la institución acompaña a jóvenes de 18 a 24 años en el proceso de vida independiente, en el apoyo económico para la vivienda asistida y la disposición de un tutor que brinda claves para una vida autónoma.
Los espacios son en educación, formación, empleabilidad y emprendimiento. El joven aspira a las pasantías y a mejorar su hoja de vida. “Lo que desarrollamos son competencias para el empleo y las vinculaciones con empresas privadas”, acota.
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