ONG Voluntarios Solidarios lleva abrigo a las calles
La fundación recorre varias zonas de Guayaquil todos los jueves llevando alimentos y ropa. Son alrededor de 100 voluntarios
En una noche cualquiera, mientras la Guayaquil duerme, un grupo de jóvenes recorre las calles con alimentos, ropa y, sobre todo, esperanza. Son los miembros de la Fundación Voluntarios Solidarios, un colectivo que nació del deseo de transformar vidas y de no permitir que la pandemia apague su espíritu solidario.
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Miguel Gavilanez, coordinador de la Fundación Voluntarios Solidarios cuenta a EXPRESO el inicio de esta Organización No Gubernamental (ONG).
“Todo comenzó hace casi tres años, un 9 de mayo, cuando un grupo de amigos decidió retomar el trabajo comunitario que había quedado en pausa por la pandemia. Éramos dos personas con diez tarrinas de comida, y poco a poco, gracias a las redes sociales y al apoyo de más amigos, nos convertimos en un grupo activo de jóvenes comprometidos con ayudar”, cuenta Miguel.
Hoy, el grupo cuenta con más de 100 voluntarios activos que, jueves tras jueves, se embarcan en recorridos por Guayaquil para entregar entre 100 y 150 raciones de comida a personas en situación de calle.
Sin embargo, su trabajo va más allá de alimentar. Su misión principal es reinsertar a estas personas en la sociedad, un proceso que requiere tiempo, paciencia y, sobre todo, confianza.
Los voluntarios establecen un vínculo de confianza
La clave del trabajo de la fundación es construir lazos de confianza con las personas en situación de vulnerabilidad. “Todos los jueves visitamos a las mismas personas, conocemos sus historias, sus nombres, sus necesidades. Es un proceso, pero cuando logras que alguien lento te diga: ‘Quiero salir de la calle, ayúdame’, sabes que todo el esfuerzo vale la pena”, explica Miguel.
El proceso de reinserción incluye brindarles un espacio seguro, ya sea en casas hogar o instituciones de ayuda, y gestionar las necesidades específicas de cada persona, como atención médica o trámites para acceder a servicios básicos.
Aspiran ayudar en otras ciudades
La organización sin fines de lucro ha crecido significativamente en sus tres años de existencia. Con una pequeña bodega, donde almacenan ropa, medicamentos y alimentos, han logrado organizar su logística y optimizar recursos gracias al apoyo de auspiciantes. Sin embargo, el espacio se ha quedado pequeño, y uno de sus proyectos a futuro es trasladarse a una bodega más grande para poder expandir su ayuda a otras ciudades de Ecuador.
“Además, queremos adquirir una camioneta para facilitar los recorridos. Muchas veces dependemos de vehículos prestados, y eso complica el transporte de comida, ropa y otros materiales. Tener nuestro propio vehículo sería un gran paso para nosotros”, comenta su vocero.
La Fundación Voluntarios Solidarios es un testimonio de cómo el trabajo colectivo puede generar un impacto positivo en la sociedad. Miguel invita a todos aquellos interesados en unirse a la causa a participar en los recorridos gratuitos, donde podrán conocer de primera mano la labor de la fundación.
“Después de tres recorridos consecutivos, las personas deciden si quieren formar parte del equipo. No todos están preparados para este tipo de ayuda, pero siempre hay maneras de aportar”, asegura.
Con sueños de expansión y metas claras, como conseguir una nueva bodega y una camioneta, la ONG sigue trabajando para cumplir su misión: “brindar una segunda oportunidad a quienes más lo necesitan”.
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