Organice una cata de vino junto a sus amigos como todo un profesional
¿Un buen catador nace o se hace? Despejamos sus inquietudes sobre esta bebida. Y no, no siempre el más añejo y caro es el mejor.
Escuchar la palabra ‘vino’ es suficiente para que la mente vuele y recree una copa transparente en cuyo interior yace un líquido de color rojo granate que, al llevarlo suavemente a la boca, permite sentir su fascinante olor y una mezcla exquisita de sensaciones en la lengua y paladar.
Es que hay algo en esta seductora bebida que conquista, envuelve y hace que muchas veces sea la invitada de honor en momentos de celebración, romanticismo o tristeza.
Y aunque los más avezados conocedores coinciden en que “el mejor vino es el que usted más disfrute”, compartimos algunos secretos de este fascinante mundo para que consiga organizar una velada diferente y disfrutar con sus seres queridos de esta bebida como todo un profesional.
“El vino es un licor bastante complejo que está formado por distintos componentes que aportan color, aroma y sabor. Dentro de sus componentes aromáticos hay más de 400 variedades, de las cuales se puede reconocer solo una treintena de ellas”, explica Pablo Conselmo, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Catadores Profesionales.
Para el enólogo, esta sería la razón por la que muchas veces se dice que un vino recuerda determinada fruta, flor o especie. “No es porque este vino tenga esos elementos, sino porque sus compuestos aromáticos tienen muchas moléculas que son compartidas con otros elementos de la naturaleza”.
Elementos que lo conforman
¿Cuáles son las características que hacen del vino un producto único? Para que este llegue a su mesa debe haber pasado por un largo proceso; su sabor dependerá del tipo de uva con el que fue fermentado, del lugar de la cosecha y de otros elementos que le han sido añadidos.
Su ‘estructura’ está determinada por la consistencia, que es evaluada por los mejores sumilleres o críticos de vino, quienes toman en consideración algunos factores como:
- Dulzor: Es el azúcar residual que queda en la mayoría de los vinos más el alcohol.
- Acidez: Aquella que se siente al frente y a los lados de la lengua, en mayor medida en los rosados y blancos.
- Taninos: Son los componentes antioxidantes que están en la piel, semillas y tallos de la uva.
Degustación en casa
Una vez que haya organizado ese ameno encuentro con sus amigos o familiares, para lucirse ante ellos el especialista Pablo Conselmo recomienda lo siguiente:
- La entrada procure acompañarla con un espumante o sauvignon blanco o rosado.
- El plato fuerte se aconseja servirlo con un tinto, cuya consistencia dependerá de la cantidad de grasa que tenga el plato. Puede ir desde un ligero como un merlot, a uno más estructurado como un malbec o cabernet sauvignon.
- El postre debe ir con un vino de los que se conocen como de ‘cosecha tardía’, en el que las uvas se han dejado sobremadurar.
- Y para cerrar con broche de oro, utilice un vino destilado, como un brandy o coñac.
En vez de tomar 300 centímetros cúbicos de un solo producto, puede tomar 60 o 100 centímetros cúbicos de diferentes vinos, generando una experiencia sensorial más rica
El maridaje
Aunque se ha popularizado aquello de que las carnes rojas van bien con los tintos, y que los mariscos y carnes blancas se combinan con los vinos blancos o rosados, el experto advierte que mientras más contundente sea la comida, mejor estructura debe tener el vino. Por tal razón, un plato pesado puede combinarse con un tinto o un blanco con buena acidez.
Mientras que para las especialidades ácidas o muy saladas, elija una bebida más ligera.
Cómo elegir un buen vino
Los profesionales recomiendan:
- Fijarse en el color (que esté radiante y no opaco).
- Temperatura ideal: entre los 14 y 17 grados centígrados.
- Verificar el porcentaje de alcohol.
- Revisar el año de cosecha de la uva y el aroma (floral, frutal o vegetal).
- Si elige uno rosado o blanco, cerciórese de que la fecha de elaboración sea lo más actual posible.
- Si su precio es económico, debe ser del año y conservarlo a baja temperatura.
- Si su precio es mayor, puede comprarlo hasta con cinco años de antigüedad.
- Cuide la temperatura, cada vino tiene la suya. Los blancos y rosados hay que beberlos en torno a los 8 grados, los espumantes y vinos dulces a 7 grados, mientras que los tintos a máximo 18 grados.
- Si la etiqueta está desgastada, probablemente a esa botella le ha dado el sol, así que evite comprarla.
7 reglas de etiqueta
Para consumir adecuadamente este licor, sin importar si estás en casa, en una reunión de negocios o en una ocasión formal, Nadia Díaz, directora de la escuela de protocolo y etiqueta Miss Right, indica cuáles son los puntos claves que es necesario tener en cuenta.
- Tome la copa por el tallo o la base.
- Para oler el vino, acérquelo delicadamente a su rostro.
- Al servirlo, la botella debe ser sostenida desde su base. En el caso de los blancos y espumantes se debe usar una servilleta de tela para tapar la botella y así evitar mojarse las manos.
- Para brindar dé suaves golpes en la parte más ancha de la copa, caso contrario se puede romper.
- Sirva un poco menos de la mitad de la copa.
- Beba despacio y con moderación.
- Si es el anfitrión, sirva primero a sus invitados antes que a usted.
El corcho en los vinos tintos se deben destapar con un saca corcho de tres tiempos. En el caso de los cava y espumantes deben ser sujetados con una mano y con la otra girar la botella inclinada cautelosamente, causando una palanca (presión) sobre el tapón.