¿Eres un padre tóxico? 5 señales que te delatan
Ciertos comportamientos suyos pueden ser perjudiciales para la salud mental y física de sus hijos.
Las relaciones nocivas se dan no solo con los amigos o la pareja sino también a nivel familiar: de padres a hijos. Una actitud que deja al descubierto el deseo irrefrenable del progenitor (papá o mamá) por tener el control total sobre el vástago, dejándolo frente a él, en clara desventaja.
Estas conductas afectan el desarrollo emocional del pequeño haciéndolo crecer inseguro y temeroso. Reconocer o ser consciente de estas actitudes inadecuadas te permitirá eliminarlas de tu vida para construir con tu hijo una relación fructífera.
La Asociación Americana de Psicología cita algunos de los errores más frecuentes que cometen los padres tóxicos.
1. Eres hipercrítico
Te obstinas en que tus niños sean perfectos, adueñándote de sus vidas. Nunca los halagas y solo remarcas sus errores. Los estudios han determinado que esta actitud muy crítica genera efectos desfavorables en ellos, tales como baja autoestima, estrés, ansiedad, entre otros.
2. ¡No a las emociones negativas!
Les inculcas a que no den cabida al miedo, la ira, tristeza o frustración, incapacitándolos emocionalmente porque tu niño será incapaz de expresar sus sentimientos, lo cual repercutirá negativamente en su autoestima, identidad y comportamiento.
3. Los maltratas física y verbalmente
El castigo físico y la violencia verbal (gritas y dices palabras soeces) repercutirán gravemente en la calidad de vida del menor. Le dejará lesiones muy difíciles de borrar de la memoria.
4. Los haces sentir culpables
Todas tus frustraciones las descargas contra tus hijos. Los culpas por no haber terminado tus estudios o realizado ese viaje que añoraba, del fracaso de tu matrimonio y hasta de la enfermedad que padeces, haciéndolos sentir responsables de tu infelicidad. ¿Qué conseguirás? que crezcan inseguros, incapaces de tomar decisiones por sí mismos ya que tiene miedo de las consecuencias.
5. Hieres su sensibilidad
Les haces bromas pesadas y te respaldas diciendo que son solo 'chistes', pero claro, dichos con muy mal gusto. Una cosa es usar el humor como una forma de mejorar la conviencia y otra cosa es denigrarlos o ridiculizarlos, lo cual es sumamente perjudicial.