Papa Francisco en Lisboa, agosto 2023.
Papa Francisco, en Lisboa, en 2023, con motivo de la Jornada Nacional de la Juventud.Archivo Expreso/Agencias Internacionales-antonio Pedro Santos

Papa Francisco: su legado a la Iglesia del siglo XXI

Tres obispos de Ecuador hablan, desde su perspectiva, sobre la huella que dejó el papa Francisco en su pueblo

Estos tres obispos se han dejado tocar por el mensaje del papa Francisco a una iglesia, en muchos casos, dividida por la modernidad. Ellos resaltan el mensaje de un pontífice que ha dejado huella en su pueblo.

Cardenal Luis Gerardo Cabrera: un legado que va más allá de la Iglesia

Papa Francisco y Monseñor Luis Gerardo Cabrera
El papa Francisco saluda a monseñor Luis Gerardo Cabrera, nombrado por él cardenal en diciembre de 2024.Cortesía

Para el cardenal Luis Gerardo Cabrera, a nivel eclesial, el legado del papa Francisco tiene que ver con "su insistencia de poner a Jesús y el Evangelio en todas las actividades catequéticas, litúrgicas y pastorales (Evangelium Gaudium: la alegría del Evangelio). El Evangelio, o buena noticia de la vida, de la misericordia, del perdón, la reconciliación y la paz, está abierto a todas las personas. Lógicamente, un evangelio que espera la respuesta libre de cada persona".

Pero su labor fue más, alla. El arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana explica que también trabajó "muchísimo en favor de la vida y la familia (Amoris Laetitia: la alegría del amor)". Pero, adem´ás dio gran importancia a "la amistad y el diálogo para superar las grandes crisis culturales, sociales, políticas, económicas y ecológicas. Por este motivo, escribió dos encíclicas: Tutti Fratelli: todos hermanos y Laudato Si, Alabado seas. Se trata, como vemos, de un legado dentro y fuera de la Iglesia".

Monseñor Antonio Arregui: dedicación, misericordia y apertura de corazón

Papa Francisco y monseñor Arregui
El papa Francisco y monseñor Antonio Arregui concelebraron la misa campal en el parque Samanes, en 2015.Archivo EXPRESO/Freddy Rodríguez

"Hemos recibido en la Iglesia una gran bendición de Dios tras el Concilio Vaticano II, ya que desde entonces han sido declarados santos Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II. Estoy seguro de que Benedicto XVI también está en proceso. Es una cadena notable de hombres de Dios que han servido fielmente a la Iglesia", empieza diciendo Monseñor Antonio Arregui, quien fue arzobispo de Guayaquil.

La muerte no tiene la última palabra, vivimos en la esperanza de la resurrección a la vida eterna en comunión con Cristo”.

Papa Francisco

Asegura que la presencia latinoamericana en el Vaticano ha sido significativa. "Tuve la oportunidad de conocer al papa Francisco durante el encuentro en Aparecida, donde desempeñó un papel clave como redactor de los documentos. Desde entonces, ya se percibían sus notables cualidades", recuerda.

Y continúa: "Después de grandes teólogos, hemos recibido a un pastor profundamente cercano a las necesidades de su pueblo, algo que se reflejó al proclamar este año santo como el Año de la Esperanza. Ha sido un ejemplo de dedicación, misericordia y apertura de corazón, siguiendo el modelo de Cristo".

Monseñor René Coba: pastores y servidores "con olor a oveja"

Papa Francisco y Monseñor René Coba
Cariñoso saludo entre el papa Francisco y monseñor René Coba.Cortesía.

Monseñor René Coba, obispo de Ibarra, recuerda la visita del papa Francisco a Ecuador como "días de alegría y sencillez. Reconoce su figura en ocasiones controversial, "porque muchos han visto en él alguien que de pronto parecería que rompe las tradiciones", pero, dice Coba, "más bien es volver a la Iglesia más humana, más cercana, Sacramento de Dios para los demás".

Al preguntarle sobre el legado del papa Francisco, resalta: "Nos enseña a ser misioneros de esperanza, vivir con alegría y acercar a Dios a los demás. Hizo el papado más sensible, lo desmitificó. Resalto sus gestos de humildad, su sencillez, su elección del nombre Francisco para vivir la pobreza y su esfuerzo por hacer de la Iglesia un verdadero pueblo de Dios".

Añade: "Ha impulsado a sacerdotes y obispos a ser pastores y servidores. Como él dice en una hermosa expresión, “con olor a oveja”. Ese es su legado más hermoso: el de un hombre que nos ha enseñado a vivir con alegría, a no perder la esperanza, incluso en medio de las dificultades, como la pandemia. Porque la pandemia existe, siempre habrá crisis, y Dios no quiere un mundo en guerra, sino de hermanos fraternos. Y para ello, hay que luchar"

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