
Papa Francisco: revelan cómo será la tumba del santo padre
Así será la tumba del papa Francisco en Santa María la Mayor y estos son los últimos detalles de su traslado desde San Pedro
La tumba que acogerá los restos del papa Francisco a partir de mañana sábado estará ubicada en la Basílica de Santa María la Mayor y ha sido realizada en mármol de Liguria. Según informó este jueves el Vaticano, llevará una única inscripción: “FRANCISCUS”, junto con una reproducción de su cruz pectoral, conforme a lo estipulado por el pontífice en su testamento.
La Santa Sede precisó que la tumba estará situada en un nicho de la nave lateral de la basílica, entre la Capilla Paulina, la Capilla de la Salus Populi Romani y la Capilla Sforza, en las proximidades del altar de san Francisco.
Tras el funeral en la Basílica de San Pedro, el cuerpo del pontífice será trasladado en cortejo fúnebre hasta Santa María la Mayor "a paso de hombre, para permitir el saludo", según explicó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
La ceremonia será transmitida en directo por televisión hasta la entrada de la basílica mariana, ya que el entierro se celebrará en la intimidad.
Último recorrido
El público podrá acompañar el cortejo fúnebre del papa Francisco a lo largo del trayecto desde la Basílica de San Pedro hasta Santa María la Mayor, tras el funeral que se celebrará el sábado, informó el vocero del Vaticano.
Además, un grupo de personas pobres recibirá el féretro frente a la Basílica de Santa María la Mayor antes del entierro. “Los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios, así también en el corazón y en el Magisterio del Santo Padre, que eligió el nombre de Francisco para no olvidarlos jamás”, señala un comunicado de la Santa Sede.
“Por ello, un grupo de personas pobres y necesitadas estará presente en la escalinata de la Basílica Papal de Santa María la Mayor para rendir el último homenaje al papa Francisco antes del entierro”, concluye el texto.
La tumba podrá ser visitada por el público a partir del domingo. El entierro del papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años tras doce años de pontificado, será el primero de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903.
Según los deseos expresados en su testamento, el papa Francisco será enterrado en una tumba subterránea y sencilla en la Basílica de Santa María la Mayor, junto a la imagen de la Virgen que más veneraba y a quien profesaba una profunda devoción.
El cortejo fúnebre recorrerá aproximadamente seis kilómetros desde la Plaza de San Pedro hasta la basílica en el barrio del Esquilino, en un trayecto que estará completamente blindado y bajo estricta vigilancia de las fuerzas del orden.
Aunque el itinerario exacto aún no ha sido confirmado, se contempla que el féretro de Francisco atraviese puntos emblemáticos de Roma, como el Corso Vittorio, la Piazza Venezia, los Foros Imperiales y el Coliseo, para luego continuar por la Via Labicana y la Via Merulana, hasta llegar a Santa María la Mayor, donde se celebrará el entierro.
“El recorrido será debidamente custodiado”, aseguró el prefecto de Roma, Lamberto Giannini, tras una reunión del Comité Provincial para el Orden y la Seguridad Pública. Por su parte, el jefe de policía, Roberto Massucci, calificó el evento como “un momento histórico” y garantizó medidas de seguridad “al más alto nivel”.
Para que los fieles puedan seguir el evento, se instalarán pantallas gigantes en la Plaza de Santa María la Mayor y en la vecina Plaza del Esquilino.
La basílica
En su interior reposan los restos de siete papas, entre ellos Clemente IX, el último en ser inhumado allí en 1669. También alberga la tumba del célebre arquitecto y escultor Gian Lorenzo Bernini, autor de las emblemáticas columnatas que rodean la Plaza de San Pedro.
El papa Francisco, profundamente devoto de la Virgen María, solía acudir a esta basílica antes y después de cada viaje internacional, como un acto de oración y agradecimiento. Santa María la Mayor, aunque situada en territorio italiano, pertenece oficialmente al Estado del Vaticano.
Construida hacia el año 432 por orden del papa Sixto III sobre la colina del Esquilino, la basílica conserva algunas de las reliquias más valiosas del catolicismo.
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