Paternidad moderna: ¿Ser amigo de tu hijo es un error?

El mundo y los cambios tan vertiginosos de los últimos años lo han replanteado todo y en todo sentido. En lo laboral, en lo personal, en cómo te relacionas con amigos, pareja y familia. Esto incluye al núcleo familiar y, por supuesto, al rol de la paternidad. Atrás quedaron los padres que no cambiaban pañales, cocinas o no los llevaban a la escuela. ¿Qué desencadenó todos estos cambios?

El psicólogo español Victoriano Suárez conversó con EXPRESO para despejar todas estas dudas y ayudar a comprender la génesis de estas transformaciones. Sostiene que para empezar a entender lo que está sucediendo en el mundo actual debemos regresar un tanto al pasado, tan solo unos años atrás, y enfocar nuestra atención en el plano económico. 

En un principio un hogar se podía mantener con una sola fuente de ingresos, es decir, con que un integrante de la familia tenga trabajo era suficiente para cubrir las necesidades de todos. Pero eso cambió. Actualmente, un único sueldo ya no alcanza para suplir las exigencias de casa. Por tal razón, padres y madres se han visto en la obligación de incorporarse al mercado laboral. Desde ese momento, el rol de la figura paterna sufrió una serie de cambios que -muy posiblemente- un par de décadas atrás habrían sido impensables.

"La pareja, hombre y mujer, se tuvo que acoplar en los dos roles, tanto en ir a trabajar como en las tareas del hogar, no solo del cuidado de los niños, sino en todo lo que tiene que ver con el cuidado de la casa. Evidentemente, como los dos tienen que trabajar, los dos tienen que después colaborar en la casa. Antiguamente se sabía que era el hombre el que iba a trabajar y la mujer se quedaba en casa", señala Suárez, quien cuenta con una maestría en Intervención Social en la Sociedad del Conocimiento por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).

Para el profesional, esto último es favorable porque permitió un cambio de paradigma en una sociedad históricamente machista. "Ahora las mujeres no están tanto tiempo en la casa, entonces los hombres tienen que colaborar en la crianza de los hijos", afirma, mientras termina de explicar cómo los factores macroeconómicos influyeron en el nacimiento de esta paternidad moderna.

Los padres han trasladado la responsabilidad de la educación a la escuela o colegio

Según Suárez, el hecho de que hoy, padres y madres pasen más tiempo fuera de casa por temas laborales, facilita el acceso de los hijos a los teléfonos celulares y redes sociales. "Lo más fácil cuando llegan de trabajar es darles el teléfono para que no molesten y poder estar tranquilos", indica. Esta situación se fortalece también debido a que en la actualidad las familias cuentan menos que antes con la ayuda de abuelos, tíos u otros familiares que cumplían el rol de redes de apoyo.

Además, asevera que "los padres han perdido el concepto de que la educación se da en casa y han trasladado esa responsabilidad a la escuela o colegio". Sostiene que la enseñanza de valores, educación y la forma de entender el mundo se debe aprender en el hogar. Sin embargo, por los mismos motivos antes detallados, los padres de la 'modernidad' han delegado este trabajo al sistema educativo.

Los estímulos a los que están expuestos los hijos en las pantallas, ¿Cómo lidiar con esta situación?

Los padres que dejan que sus hijos utilicen sus celulares al libre albedrío los dejan expuestos a una infinidad de estímulos que difícilmente se pueden replicar en la vida real. "Para los niños, que todavía se están desarrollando, recibir como mil estímulos por 10 segundos en una pantalla les genera tensión y los deja como anonadados", explica el psicólogo Victoriano Suárez.

Esto también complica la comunicación y la relación entre padres e hijos. Actividades rutinarias como salir al parque y practicar algún deporte les parecerá aburrido a los menores porque no tienen la misma cantidad de estímulos que les ofrecen los dispositivos tecnológicos. 

Abordar esta situación puede ser algo complicado, en palabras de Suárez. Se tendría que empezar por realizar un balance entre lo laboral y lo familiar. "A veces, pecamos los papás de la comodidad, llegamos a casa cansados, queremos descansar, entonces lo más fácil es darles el teléfono o ponerles la televisión", dice. Añade enfrentar esta situación se vuelve un tema de voluntad por parte de los padres.

Entre las actividades que recomienda está compartir tiempo de calidad lejos de las pantallas, como jugar en el patio, juegos de mesa o inclusive jugar a la pelota dentro de casa mismo. Hace énfasis en que muchas de las veces, los padres no tienen claras las consecuencias en el carácter y carisma -a futuro- de los hijos al no ofrecerles un poco de tiempo para compartir y disfrutar.

¿Ser amigos de los hijos es un error?

"La visión moderna de los padres es que tienes que ser amigo de tus hijos y eso es un error, un error grave. Los papás son papás y los amigos son amigos. Son cosas completamente diferentes, tú puedes llevarte muy bien con tus hijos, hacer muchas cosas con ellos, salir al parque, en bicicleta, hacer deporte, compartir, ver películas, lo que sea, pero debes poner límites de que en la casa manda el padre y la madre", responde Suárez.

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Para el psicólogo, quien también es docente universitario, esta idea, propia de la paternidad moderna, hace que se pierdan los límites y la obediencia. "Porque si te considera su amigo, significa que no siempre tienes que obedecer a tu amigo", dice. Califica esta situación como una 'dejadez' por parte de los padres.

Consejos para los padres en la actualidad

Victoriano Suárez ofrece algunos consejos para que los padres puedan mantener una relación sólida con sus hijos. Primero, recomienda buscar actividades extracurriculares después de la escuela para los hijos, mismas que pueden estar relacionadas con al arte o los deportes. 

"Por otro lado, cuando ya estén con los niños, tener tiempo de calidad. No te sirve de nada estar con tu hijo intentando jugar, leer un libro o ver una película, si luego estás viendo el teléfono constantemente. Al final, el niño va a terminar acostumbrándose a que es normal tener un teléfono y lo va a querer tener, es lógico", indica Suárez.

También recomienda tener una red de apoyo, como abuelos o tíos, para que los hijos no pasen mucho tiempo solos y expuestos a las pantallas. El experto, aclara que no se deben satanizar las redes sociales: "estas son muy útiles, pero hay que saber utilizarlas y administrarlas". Finalmente, añade que "se les debe limitar ciertas cosas" y buscar que las usen de una manera más adecuada para su edad y sus intereses.

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