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Perdonar es también crecerShutterstock

Perdonar es también crecer

Que el perdón no sea solo un acto en época de Navidad. Conozca los beneficios para su mente y cuerpo.

A lo largo de la vida, es inevitable que el ser humano atraviese por situaciones en las que resulte herido, lastimado o traicionado.

Esta experiencia puede ser, entonces, una herramienta para conocer el poder del perdón, independientemente de que el dolor sea pequeño o algo significativo.

SEMANA dialogó con especialistas para conocer sobre este acto que trae beneficios para la mente y cuerpo, algo comprobado científicamente. Sin duda, un crecimiento tras el caos.

No es lo mismo que reconciliar

Según explica la terapeuta familiar y neuropsicóloga Zoila Cedeño, en la sociedad hay conceptos errados sobre el perdón que resultan una traba. “Se cree que es instantáneo, cuando en realidad es un proceso que lleva tiempo hasta encontrar el balance. Y esto depende no solo de la situación, sino de los vínculos con la persona que transgrede”, explica.

Asimismo, precisa que existen otras razones, como relacionarlo con un acto de debilidad o humillación. Y en el peor de los casos, se lo confunde con la reconciliación.

“En realidad, perdonar es un aceptar lo sucedido, aprender de ello y avanzar” matiza. En algunas ocasiones, este proceso requiere de ayuda profesional “para trabajar las emociones de la persona y que estas no bloqueen el camino del perdón”, expresa.

Paz mental y física

La psicóloga clínica Mileysha Castillo analiza que “a nivel intrapersonal, el no perdonar trae consecuencias físicas y mentales, entre esas pueden ser ansiedad, hostilidad, depresión e incluso enfermedades cardiacas”.

Al perdonar no quiere decir que se acabaron los problemas, sino más bien empieza la tranquilidad interior. “Trae muchos resultados positivos sobre el bienestar en general. Hay casos en que este acto libera tanto, que logra desde el fortalecimiento del sistema inmunológico hasta la disminución del estrés”.

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Estos efectos incluso están muy bien documentados y existe mucha información científica.

Uno de los trabajos que mayores evidencias ofrecen a la hora de vincular el perdón y la salud es el llevado a cabo por el doctor Frederic Luskin, cofundador del Stanford Forgiveness Project, concluyendo en múltiples estudios que el perdón eleva el estado de ánimo, aumenta el optimismo y crea bienestar físico.

En estas fechas, entonces, qué mejor momento para que haga un autoanálisis y deje de llevar esa pesada carga en su salud.

Dé los primeros pasos

La terapeuta familiar Zoila Cedeño recomendó las siguientes pautas para que se plantee si ha sido lastimado:

  1. Reconozca el dolor que causa no perdonar lo ocurrido, cómo afecta ese dolor a su vida cotidiana y a sus relaciones personales.
  2. Cuestione el acto de no perdonar. ¿Merece la pena seguir así?
  3. Plantee la pregunta milagrosa: ¿Qué pasaría si lograra perdonar lo ocurrido?
  4. Después de analizar y elegir perdonar, eso no significa que lo haga instantáneamente. Es un camino que ha empezado a andar.
  5. En ese proceso cultive la empatía y la compasión.