maltrato familiar
Conoce el testimonio de una joven de 19 años.Getty Images

¡Ponle un alto al maltrato!

Tus seres queridos no merecen ser víctimas invisibles de lo que suceden dentro o fuera del hogar.

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“Me dolía ver llorar a mi mamá. Muchas veces me sentí mal por no poderla ayudar”, dijo Estefanía (nombre protegido) a Diario EXPRESO. La joven de 19 años, dice que aún recuerda con claridad los maltratos que su madre tenía con su papá, el llanto de sus dos hermanos y las promesas sin cumplir de su progenitor.

Era niña y se sentía vulnerable, por ello, no pudo buscar la ayuda necesaria para frenar el maltrato doméstico en el que se crió. Con el transcurso del tiempo su mamá acudió a programas de autoayuda. Sin embargo, a Estefanía no le preguntaron nada. Ni cómo se sentía. Reconoce que hay que tener “mucho valor” para denunciar al abusador, porque existen muchos factores como las amenazas o la dependencia económica.

Estefanía y su familia residen en Bastión Popular, ubicado en la zona norte de Guayaquil. Entre nervios, Martha -su mamá- reconoció que vivía en un infierno. Aguantó todo para que sus hijos no perdieran la figura paterna. Pero la pesadilla no terminaba. Los pequeños bajaron sus calificaciones, empezaron a adoptar un comportamiento agresivo. Se atreve a decir que su hijo varón empezó a adoptar las mismas conductas del padre, ahora su ex conviviente. 

Decidió llevarlos al departamento psicológico del centro de educativo donde los niños estudiaban y ahí aceptó que sus hijos eran víctimas invisibles. Han pasado 15 meses y el tratamiento continúa, en especial con su tercera hija, porque la niña de dos años y medio retrocedió en su desarrollo: dejó de decir las pocas palabras que decía y volvió a usar pañales.

El experto dice:

“La violencia doméstica causa problemas mentales (como depresión, dependencia, entre otros) desde los niños hasta los ancianos. Es por eso que, el comportamiento del adulto se refleja la manera en el que fue criado. Si desde la primera etapa del enamoramiento uno de los dos le alza la mano al otro, habría que sospechar de que puede haber violencia. En casos extremos como infidelidades, abuso sexual o acoso infantil, lo más viable, por salud mental y emocional, es el distanciamiento. Hay casos y casos. Pero, por lo general a la víctima le cuesta reconocer la falta de su cónyuge y ahí es cuando actúa una tercera persona en busca de ayuda”. Eduardo Tigua, psicólogo y psiquiatra.

Lo que debes saber

Identifica la violencia. Hay algunas maneras de ofenderte, por eso es importante que conozcas las siguientes situaciones.

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  • Te gritan y te hacen sentir mal contigo misma.
  • No te alientan a participar en presentaciones públicas, ya sea en la escuela, colegio o trabajo.
  • No te dejan ver a tus familiares ni amigos.
  • Tu pareja se pone violenta cuando bebe o consume drogas.