Pornografía a un clic de distancia de los niños
Siete de cada diez adolescentes consumen porno. Especialistas advierten sobre los riesgos a los que se enfrentan si no tienen supervisión ni ayuda.
En tiempos de inteligencia artificial (IA) y virtualidad, es un hecho que el acceso a contenidos pornográficos se vuelve cada vez más fácil. Y gratuito.
La mayoría de estas imágenes o videos aparecen como avisos publicitarios para “buscar pareja sexual” o ser parte de un juego en IA que simula sexo real. Solo basta hacer clic en los enlaces que aparecen mientras se navega en internet.
Pero para acceder hay que tener un teléfono celular, tablet o computador. Y en la actualidad, estas tecnologías también están al alcance de niños y adolescentes. Es por eso que genera alarmas.
Según un estudio de la ONG Save The Children, 7 de cada 10 adolescentes tienen acceso a la pornografía y un 30 % asegura que es su única fuente de educación afectivo-sexual. Al revisar las edades de quienes la consumen, el 53,8 % bordea los 13, y el 8,7 % tiene entre 8 y 10 años.
Aunque este análisis fue hecho en España con el objetivo de entender la problemática y crear conciencia al respecto, da una idea de lo que puede estar ocurriendo en sociedades como la de Ecuador.
Según el INEC, 1 de cada 2 niños, niñas y adolescentes usa computadora, por eso es prioritario que los padres se mantengan informados y cuenten con herramientas para prevenir los riesgos que representa su mal uso.
¿Cómo saber si su hijo es adicto?
Es necesario dialogar con su hijo para conocer el trasfondo y saber si hay adicción a la pornografía. A criterio de Ortiz, estas serían las banderas rojas que debe considerar para buscar ayuda de un profesional:
- Si el chico o chica busca autosatisfacerse con esos contenidos para escapar de cierta emoción.
- Cuando ha cambiado sus actividades recreativas por el consumo de pornografía.
- Si hay una conducta reiterativa y hay actitudes agresivas cuando se le pide que deje las pantallas.
Estas son las consecuencias
- La corteza prefrontal (encargada de tener un razona-miento mucho más lógico) no está total-mente desarrollada en niños y adolescentes, y eso los hace más vulnerables a volverse adictos.
- No logran discernir lo que es ficción de la realidad. Y al no darse cuenta de que quienes aparecen en los videos son actores y que todo es producido, tienden a comparar sus cuerpos y a presentar luego problemas de autoestima.
- En su adultez. Al ser una persona que está expuesta constantemente a la pornografía, tendrá una conducta violenta.
- En su vida sexual estará más predispuesto a cosificar a su pareja. No verá el acto sexual como algo integral que incluye respeto, voluntad y afecto.
Las expertas
Aborde el problema sin castigos ni gritos
Al abordar el problema, es necesario que los padres adopten un método de evaluación que no incluya gritos ni castigo físico. ¿Cómo accedió a ese video? ¿Desde cuándo ha estado ocurriendo? ¿Con qué frecuencia entra a dicha página? Estas, entre otras interrogantes, pueden servir para conocer el trasfondo y buscar ayuda de profesionales.
De existir un problema de adicción, los progenitores deben procurar no aumentar la carga emocional del hijo generándole culpa o vergüenza de sí mismo. Por el contrario, es necesario más supervisión, regular el uso de las pantallas y hablar de las consecuencias de la pornografía en su vida.
Previo a esto, desde casa los hijos deben haber mantenido una charla con sus padres de sexualidad, como por ejemplo el pudor, cómo nacen los bebés, menstruación, abuso, entre otros.
Antes se pensaba que los padres debían explicar temas conforme los niños pregunten, pero hoy, debido a la virtualidad, hay que adelantarse y hablarlo con naturalidad para que siempre el hijo los vea como su principal fuente de información, en lugar de buscar ayuda en internet, algún compañero u otra persona.
En caso de requerir ayuda, pueden optar por la guía de un especialista. En consecuencia, si al adolescente le llega o sale un link de un video para adultos, ellos ya tendrán conocimiento de que verlo no está bien y de los riesgos que conlleva hacerlo. Y en caso de que estos contenidos hayan dejado secuelas en el niño, es imperativo buscar ayuda de un profesional y seguir con el tratamiento indicado.
La carencia emocional deriva en adicción
Cuando se es padre de un niño o adolescente que es ‘nativo digital’, es prioritario entender qué es la pornografía. Según la Real Academia Española, su significado hace alusión a la “presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación”. Si antes estos contenidos venían en formato de revistas, o películas en VHS o DVD, hoy se difunden en un escenario virtual.
Cuando se consume material explícito de contenido obsceno, se activa de inmediato la dopamina, que es un neurotransmisor presente en el cerebro y asociado al placer. El problema es que cuando la liberación de dopamina es excesiva, las personas se convierten en adictos. Entonces, lo que empezó siendo esporádico se convierte en habitual.
¿Pero qué hace que el niño o adolescente se vuelva adicto? La carencia emocional está detrás de eso, por lo que la pornografía sería un escape para no sentirse como se sienten en ese momento.
Es por eso que no todos los que han estado expuestos a un link que derivó en un video pornográfico terminan con conductas adictiva. Influyen mucho los factores del entorno.
Un adolescente que esté sufriendo bullying, que tenga aislamiento social, o provenga de una familia con historial de adicción, puede verse más predispuesto a desarrollar una adicción. De ahí, la importancia de estar presentes como padres.
Dato curioso
¿Cómo debe ser el tratamiento?
- Cuando el niño o adolescente no buscó estos contenidos sino que fue impulsado a verlo, ya sea por un compañero o un familiar adulto, la terapia debe ser abordada como un tema de abuso sexual.
- Si fue por voluntad propia, el tratamiento debe incluir educación sexual con la participación de los padres, para que cubra las necesidades del niño o adolescente.
Protéjalo de los riesgos
La asesora familiar Daniela Nugué da estas recomendaciones para practicarlas desde casa:
- Control parental: Instale apps que ayuden a evitar el ingreso a portales webs con contenidos para adultos. Controle las horas que pasan sus hijos frente a las pantallas y sus actividades en internet.
- Incúlqueles buenas acciones: Explíqueles que no está bien compartir ni distribuir imágenes o videos de actividades sexuales.
- Advierta sobre los riesgos: Existen juegos en línea que permiten chatear con desconocidos. Prevéngalos de los riesgos, más aun si del otro lado piden enviar fotos o videos de sus cuerpos. De tener estas app, desinstálelas.
- Motívelos a alzar su voz: Enséñeles que está bien denunciar o contar si están siendo motivados a ver videos pornográficos o están siendo contactados por extraños.
- Sean padres presentes: Para evitar que caigan en adicciones debido a carencias emocionales, aprendan a balancear su vida laboral con la familiar y dediquen tiempo a los hijos.
- Limite televisores o pantallas: De preferencia, que la TV y el computador estén en un lugar común de la casa, no en sus habitaciones.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!