¿Es posible reducir el ego inflado? consejos para un equilibrio saludable
Estas es el porqué algunas personas muestran un ego exagerado y cómo este comportamiento afecta a quienes les rodean
¿Alguna vez ha frecuentado con personas que siempre hablan de lo maravillosas que son y critican todo a su alrededor? Es probable que ellas tenga el ego rebozado, pero esa solo es la superficie de estas personas. Hay mucho más que se esconde detrás de estos comportamientos.
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Cuando se habla del ego, dice la psicóloga Leonor Díaz, se suele imaginarlo como una característica negativa, un exceso de confianza que puede chocar con los demás. Sin embargo, desde una perspectiva psicológica, el ego es simplemente el ‘yo’, es decir, la parte de la consciencia que nos permite reconocernos como individuos.
Otro de los conceptos que comparte la psicóloga especialista en orientación, Ana Morán, es “en la psicología humanista, se lo concibe como un mediador entre impulsos y normas, el ego en este enfoque se relaciona más con el autoconcepto y la identidad personal”.
Este sentido de identidad es esencial para el bienestar y crecimiento personal, y no siempre implica arrogancia o prepotencia. De hecho, un ego equilibrado es necesario para que podamos relacionarnos con los demás y alcanzar objetivos de manera saludable.
No obstante, cuando el ego se exacerba, puede convertirse en un obstáculo en las relaciones personales y laborales. Una persona con un ego inflado puede mostrar conductas pedantes y tener poca apertura para recibir críticas, lo cual afecta su capacidad de mejorar y adaptarse. Este modo de actuar desequilibrado de uno mismo puede deteriorar vínculos y limitar el crecimiento profesional, generando un entorno de tensión y desconfianza. Por lo tanto, moderar el ego no se trata de anular la autoconfianza, sino de encontrar un balance que permita un desarrollo pleno y armonioso.
Es posible disminuir el ego inflado
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Leer másel término correcto al que se refiere la especialista Ana es ‘regular’ la exacerbación de este comportamiento. “Es absolutamente posible siempre que la persona esté dispuesta a realizar el proceso, que implicaría promover la autoconciencia, aceptar observaciones, fomentar un autoconcepto saludable y diferenciar el ego de la autoestima”.
Aunque requiere un proceso de introspección y autoconocimiento, algunas herramientas psicológicas que la experta Leonor explica que utiliza en sus consultas, como el ‘punto de decisión’, pueden ayudar a identificar las conductas y emociones que interfieren el desarrollo de una mejor versión.
Por otro lado, las técnicas que pueden trabajarse incluyen ejercicios de meditación o mindfulness, sin olvidar estar consciente de esta conducta.
¿Cómo manejar el ego?
- Fomentar la empatía realizando actividades solidarias o de cooperación comunitaria en familias: Esto ayuda a la persona a conectarse con las necesidades de los demás, promoviendo una visión menos centrada en sí misma. Además, permite fortalecer los lazos familiares y comprender el valor del trabajo en equipo.
- Regular la competitividad y fomentar conductas saludables y en niveles adecuados: Hacer esto en lugar de enfocarse en ganar a los demás, ayuda a reducir el ego. Practicar deportes o actividades grupales en las que se valore la colaboración también puede ser beneficioso.
- Establecer límites claros: Ayudar a la persona a comprender hasta dónde puede actuar de acuerdo con sus deseos sin afectar a otros, promoviendo una convivencia equilibrada
- Evitar comparaciones: En lugar de mirar continuamente hacia lo que otros logran, la persona puede centrarse en sus propios avances y objetivos. Practicar la autoaceptación y valorar los logros personales, por pequeños que sean, ayuda a reducir la necesidad de competir.
Señales de alerta de un ego desbordado
- Poca tolerancia a la crítica: Suele reaccionar mal ante ellas, viéndolas como ataques personales, lo que dificulta su crecimiento personal.
- Alta autocrítica: Tiende a evaluarse de manera extrema, lo que refleja una lucha interna entre su autopercepción y su deseo de ser perfecto.
- Critica y juicio a los demás: Busca defectos en otros para sentirse superior, proyectando sus inseguridades en los demás.
- Comparación constante con otros: Siente la necesidad de medir su valor basándose en lo que otros logran, generando envidia o descontento.
- Alta competitividad: Percibe todo como una competencia, priorizando ganar sobre crear relaciones equilibradas o colaborativas.
- Necesidad de reconocimiento constante: Busca validación externa para sentirse valioso, lo que evidencia una falta de seguridad en su propio valor.
¿El ego se relaciona con la salud mental?
Un ego desmedido puede ser un indicador de ciertos problemas de salud mental, pero no necesariamente implica la presencia de un trastorno específico. En psicología, el ego inflado puede estar relacionado con rasgos como el narcisismo o con dificultades en la autoestima, lo que lleva a la persona a proyectar una imagen de superioridad para compensar inseguridades profundas. Sin embargo, un ego elevado no se considera un trastorno por sí mismo; es, más bien, una característica de personalidad que, cuando se intensifica, puede interferir en las relaciones y la calidad de vida de una persona.
Es crucial mantener un juicio equilibrado sobre uno mismo y construir una imagen personal saludable, ya que esto ayuda a mantener una relación armoniosa con los demás y con el entorno.
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