Cómo prevenir los riesgos del consumo de contenido inapropiado en la adolescencia
Cambios de ánimo, bajo rendimiento escolar, problemas de sueño y lenguaje violento, son posibles señales para estar alerta
El consumo temprano de contenido para adultos durante la adolescencia puede generar graves consecuencias, como distorsión de la percepción y la autoestima, disminución del rendimiento académico, incremento de la agresividad y la violencia, e incluso deterioro fisiológico cerebral. Frente a esta realidad, expertos han desarrollado una guía dirigida a las familias para concienciar sobre los riesgos asociados a la exposición de niños y adolescentes a este tipo de contenidos.
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Leer másLa Fundación Universitaria San Pablo CEU (Madrid, España), en colaboración con el psicólogo y sexólogo clínico Alejandro Villena Moya, ha presentado La Guía para las familias ante la realidad de la pornografía. Este recurso práctico busca proporcionar herramientas para que los padres aborden de manera efectiva un problema cada vez más común en la vida de los jóvenes.
La guía detalla que los adolescentes acceden a este contenido por diversas razones, como el aburrimiento, la curiosidad y la falta de conexiones afectivas. Además, muchos recurren a ella como un mecanismo para manejar emociones complejas, como el enfado, el estrés o la tristeza.
Impacto del rendimiento académico
Las investigaciones recientes destacan diversas alteraciones en las capacidades intelectuales de los adolescentes relacionadas con el consumo de pornografía. Este uso repetido afecta negativamente la capacidad de atención, deteriorando el enfoque y la concentración. También se observa un impacto en la memoria de trabajo, esencial para el aprendizaje y el estudio, lo que limita el rendimiento académico.
Además, el consumo de pornografía, especialmente a través del móvil hasta altas horas de la madrugada, interfiere con el ciclo de sueño natural, lo que genera cansancio y afecta las funciones cognitivas. A esto se suma la alteración en la capacidad de organización y planificación, ya que el consumo de este contenido deteriora algunas funciones cognitivas claves, dificultando la gestión del tiempo y las habilidades organizativas, fundamentales para los adolescentes.
Impacto en las relaciones afectivas
El consumo de pornografía en adolescentes está relacionado con diversas consecuencias negativas, como el aumento de conductas sexuales de riesgo, incluyendo sexo bajo los efectos de alcohol y drogas, lo que incrementa el riesgo de enfermedades de transmisión sexual. También se asocia con la infidelidad, la comparación con estándares irreales de cuerpos y comportamientos, lo que disminuye la autoestima y fomenta la frustración.
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Leer másEste fenómeno favorece la auto cosificación, pues los jóvenes ven el sexo como un producto de consumo, y puede generar disfunciones sexuales al reducir el deseo y disfrute de las relaciones sexuales reales. Además, la falta de componentes afectivos en la pornografía lleva a una desconexión empática, afectando la capacidad de establecer relaciones íntimas respetuosas y empáticas.
Impacto en la agresividad
El consumo de pornografía se ha relacionado con el fomento de actitudes violentas y agresivas hacia la pareja, promoviendo estereotipos de género y actitudes de coerción y agresión sexual. Además, se asocia con la violencia física y verbal, alimenta creencias negativas sobre la mujer y favoreciendo su cosificación y objetificación, lo que contribuye a la deshumanización de las personas en las relaciones íntimas.
Impacto cerebral
El consumo de pornografía provoca un deterioro cerebral significativo al alterar varios sistemas clave en el cerebro. En primer lugar, afecta el sistema de dopamina, responsable de la recompensa y el placer, causando una sobreestimulación neuronal. También impacta las neuronas espejo, que son fundamentales para la empatía y el aprendizaje por imitación, reduciendo la capacidad de empatizar.
Además, daña el lóbulo frontal, afectando el autocontrol, la toma de decisiones y la voluntad. Estos efectos son similares a los observados en otras adicciones, con consecuencias como la tolerancia, la abstinencia, la dependencia y la falta de control.
Las estrategias para frenar su consumo
La guía del CEU ofrece estrategias clave para iniciar conversaciones sobre el contenido no apto para menores. Primero, es fundamental prepararse para la charla, poniéndose en su lugar y evitando reacciones automáticas de sorpresa o enfado. El objetivo es dignificar al adolescente, reconociendo que el problema no es él, sino la pornografía. Escuchar activamente y entender el origen de la situación es esencial, sin juzgar al joven, sino enfocándose en la situación.
Además, se sugiere implementar un plan progresivo de manejo de la tecnología, proporcionar información adecuada y fomentar el análisis crítico de los medios, como canciones, películas y noticias, para abrir un diálogo. Por último, ser un modelo de cariño, afecto y respeto es crucial para su educación afectivo-sexual.
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