Una propuesta artística que se centra en la identidad del guayaquileño

El día de la inauguración de la Bienal Nómades en el Museo Nahim Isaías, 375 personas ingresaron a sus instalaciones para conocer esta propuesta artística. En el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), la iniciativa congregó en su apertura a 980 visitantes mientras que otros tantos llegaron también al Presley Norton.

Entraban y salían, manteniendo el distanciamiento, para apreciar las 101 obras, de 82 artistas, de 17 países, que estaban repartidas en los tres museos. La acogida, en tiempos de pandemia, fue para muchos una sorpresa.

“Dicen que en Guayaquil no hay cultura, pero esta es una muestra de que no es así”, dice complacida Mariella García, directora ejecutiva del MAAC.

Hernán Pacurucu, quien junto a Víctor Hugo Bravo realizó la curaduría del proyecto, asegura que esta importante concurrencia es una muestra de la necesidad que tiene el público de consumir arte. “Tal vez no sea cierto que los museos están vacíos, tal vez hay que buscar la manera correcta de llenarlos, de activar a la gente, de hacer propuestas interesantes”, dice.

Por eso, en ese recorrido, es posible ver en el Nahim Isaías unas esculturas de cabezas de chancho talladas en madera que cuelgan y permiten al visitante fotografiarse con ellas. ‘Soy un puerco y los demás también’ es esta obra del cuencano Damián Sinchi, que forma parte de esta propuesta artística en la que se busca ahondar en la identidad del guayaquileño, vista desde sus artistas y desde los que han apreciado a la ciudad desde afuera.

Allí aparece también la quiteña Sara Roitman, en el MAAC, con una obra sensorial que, a través del uso de espejos, emula al río Guayas y su majestuosidad, pero al mismo tiempo refleja la manera en que el guayaquileño le ha dado la espalda a su río.

Hay de todo un poco. Incluso, el día de la inauguración, fue posible ver el uso perifoneo propio del vendedor informal para promocionar la jornada en el museo.

En el Presley Norton, el artista cuencano Ila Coronel presenta ‘Habitantes del caos’, una muestra que recoge los calores y sensaciones de Guayaquil en el mes de diciembre.

Y así, en ese paso por los museos, cada obra tiene su peculiaridad. Hay pinturas, esculturas, dibujos, grabados, cerámica, fotografías, instalaciones, videos y performances que podrán ser apreciados hasta el próximo 15 de septiembre.

Durante ese tiempo, habrá algunas actividades. Continuarán los programas virtuales que permitirán analizar cada una de las obras y además se realizarán visitas guiadas.

En esta propuesta se ha hecho uso del tropo ‘g42grados’, que posibilita hablar de ese Guayaquil mítico.

Uno de los objetivos del evento es que el espectador pueda asistir a un ejercicio de sensibilidades múltiples.

Esta iniciativa puede ser apreciada desde la semana pasada, después de varios retrasos debido a la pandemia. En 2019 se planteó la idea de ponerla en marcha como una manera de repensar la ciudad en el Bicentenario de su Independencia, el año pasado, pero no fue posible. Ahora está en marcha, dentro de la nueva normalidad, a la espera de que lleguen más visitantes.