Proyecto 'Mi barrio sin drogas' extiende su impacto a los jóvenes de Playas
Primero tratan la parte psíquica y continua con la desintoxicación
Engabao es el origen del proyecto ‘Mi Barrio Sin Drogas’, una iniciativa que ha sido extendida a Playas y anexada al Centro Intercultural Cacique Tumbalá. El objetivo es reintegrar a los jóvenes adictos a la sociedad, tanto en el ámbito laboral como estudiantil, y, especialmente, convertirlos en Líderes de Recuperación.
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Leer más“Queremos que repliquen el proyecto y se conviertan en Agentes de Cambio, como nos denominamos”, explica el teoterapeuta Wilson Suárez León, director del proyecto. El proceso de rehabilitación comienza con la valorización de los jóvenes, enfocándose en el aspecto psíquico, y continúa con la desintoxicación y la aceptación, es decir, la disposición de los adictos para superar su problema.
La rehabilitación, que dura de ocho meses a un año, se lleva a cabo en clínicas ambulatorias donde los alumnos estudian la problemática diaria desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Durante el proceso, los jóvenes reciben terapias ocupacionales como computación, pintura, arte, deporte y psicología, todas proporcionadas por un grupo de voluntarios.
Opciones para el paciente
Además, el proyecto incluye “Clínica en Casa” y utiliza la teoterapia, un tratamiento que aborda el espíritu, alma y cuerpo. También se trabaja en la activación de la dopamina, el neurotransmisor de la felicidad, a través de ejercicios y una buena relación familiar.
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Proyectos financieros: expertos brindan claves exitosas
Leer másLa Escuela para Padres ofrece talleres de capacitación para manejar la coadicción, un fenómeno donde los padres sufren la adicción de sus hijos. Suárez explica que estos talleres, que se dan dos veces por semana, enseñan estrategias y herramientas para que los padres puedan tratar la problemática en casa y sean parte activa del proceso de recuperación.
El proyecto cuenta con el apoyo de empresas privadas, además de voluntarios como Diego Galarza y Viviana Chacón, ambos médicos; el abogado Beto Astudillo; y el pastor Carlos Alarcón. Estas alianzas estratégicas facilitan la inserción laboral de las personas rehabilitadas y proporcionan insumos médicos necesarios.
En un año, 24 personas se han recuperado con la condición de que repliquen el proyecto y apadrinen a otros en su recuperación. Una ayuda positiva que generaría grandes cambios en la comunidad. Suárez, quien fue un adicto que solía dormir en parques, destaca la importancia del apoyo familiar y del Centro Ecuatoriano de Teoterapia Integral (CENTI) en su proceso de recuperación que ya lleva 25 años. “Tengo una linda esposa y tres hermosos hijos, ya profesionales”, concluye Suárez.
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