Rabito y Firulays, los más queridos de Baños
Fueron adoptados en circunstancias diferentes. Ahora son mascotas oficiales de una cooperativa de transporte y de los trabajadores del Municipio local
Tienen historias similares de abandono. Deambularon en busca de comida hasta que llegaron a personas que no los ignoraron y más bien los convirtieron en parte de sus vidas y familias.
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Leer másRabito y Firulays son canes de raza mestiza que sus vidas perrunas han tenido un cambio radical. Después de mendigar por un trozo de pan y dormir en la intemperie, ahora se han convertido en los perros más famosos del cantón Baños de Agua Santa, provincia de Tungurahua.
Rabito es la mascota oficial de la Cooperativa de Transporte y Turismo Baños, mientras Firulays es parte de la nómina municipal, aunque su nombre no conste de manera oficial, en la entidad siempre lo reciben con sus croquetas preferidas.
La edad real de Rabito se desconoce, pero llegó hace cuatro meses a la vida de Jimmy Campaña, quien es uno de los socios de la Cooperativa de Transporte y Turismo Baños. El can se acercó a la unidad 27 cuando estaba dañada en Papallacta, provincia de Napo. Se les acercó al conductor y al oficial, quienes durante los dos días que estuvieron varados lo alimentaron. Desde ese momento no se despegó.
Los dos encargados del vehículo preguntaron a los comuneros si alguien era el dueño del perro, pero nadie dijo que lo conocía. Fue entonces que lo subieron al bus y se lo trajeron rumbo a Baños.
Jimmy al principio llevó el can a su niña Charlotte, de 8 años, quien en es la dueña, pero con los días le hizo su uniforme: una corbata, camisa y gafas y lo llevó a pasear hasta las oficinas de la cooperativa. Desde ese entonces se convirtió en la primera mascota oficial de la empresa.
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Leer másJhon -preside la empresa de transportes- contó que desde que subió una foto de Rabito en la cabina del bus se hizo tendencia y ahora es muy solicitado. Es muy viajero y cada que su amo tiene recorridos cortos, en especial a la Costa, lo acompaña en la cabina. Es amistoso e incluso hace las veces de oficial, pero sin cobrar.
El presidente mencionó que en los 66 años de vida de la cooperativa es la primera ocasión que tienen una mascota muy querida por los 122 socios y los usuarios de todas las 22 rutas que cubren en el país.
Agregó que la presencia de Rabito los ha motivado para presentar un proyecto a la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) para el traslado responsable de las mascotas en los buses. Sostuvo que en la actualidad lo hacen, pero no todos los dueños tienen los debidos cuidados. Entre las propuestas está dotar de los pañales o las cestas a los propietarios y que la iniciativa de rescatar a perros o gatos de la calle tenga mayor impacto en la comunidad.
Si Firulays pudiera hablar les agradecería a cada momento a sus amos por todo el cuidado recibido y por brindarle una segunda oportunidad de vida. Pero no le hace falta hablar, les agradece con lenguetazos y su fidelidad.
Firulays llegó a la vida de Manuel Oñate hace cinco años. Es barrendero hace ocho en la Municipalidad y entre su recorrido está recoger los desechos en el Parque Montalvo (Baños). Era acompañante de una pareja de chilenos que recorría Sudamérica en una ‘combi’, quienes lo abandonaron cuando dejaron la ciudad.
El can dormía en los alrededores del parque y cuando Manuel se disponía a cumplir con sus labores se le acercaba y lo alimentaba. Ahí empezó ese lazo de amor. Lo llevó a su casa y todos lo aceptaron, pese a tener otras mascotas: cinco entre perros y gatos, también rescatados.
Johana Álvarez, esposa de Manuel, recordó que el can siempre salía de su casa e iba al parque como esperando a sus antiguos dueños. En octubre del 2019 ya se quedó con ellos de manera permanente.
Se ha convertido en un empleado más de la Municipalidad, con la diferencia de que tiene carta abierta del alcalde Luis Silva. Es el único de los ‘empleados’ que entra a su oficina sin pedir permiso y hasta se acuesta en los muebles del salón principal del burgomaestre.
Ese carisma ha hecho que en la oficina pública siempre lo reciban con sus croquetas preferidas. Firulays a más del abandono de sus primeros amos, también se enfrentó de cerca a la muerte por un cáncer que afectó sus testículos.
Manuel mencionó que gracias al cariño que le tienen en la Municipalidad, el alcalde y la mayoría de trabajadores colaboraron para curarlo. “Oramos mucho a la Virgen de Agua Santa para que se curara y así evitar que lo durmieran”.
Sus gastos ascendieron a más de mil dólares en las casi 12 quimioterapias realizadas en dos temporadas, pero se aferró a la vida y desde hace tres meses ya es un sobreviviente.
Una vez recuperado empezó con sus rutinas diarias de acompañar a su amo desde las 05:00 hasta terminar las 2 horas laborables.