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Un estudio revela por qué los padres tienden a tener un hijo favorito.CANVA

¿Realmente los padres tienen hijos favoritos? Un análisis de la ciencia lo confirma

La investigación reveló cómo factores como la personalidad y el género del hijo influyen en el favoritismo parental

Durante décadas, el favoritismo parental ha sido un tema de debate e intriga, con preguntas recurrentes en muchos hogares: ¿es verdad que los padres tienen un hijo favorito? Según un metaanálisis reciente liderado por Alexander C. Jensen, de la Universidad Brigham Young, y McKell A. Jorgensen-Wells, de la Universidad de Western Ontario, la respuesta es un sí matizado

Publicado en la Asociación Americana de Psicología, este estudio sugiere que factores como el género, la personalidad y el orden de nacimiento influyen significativamente en cómo los padres tratan a sus hijos.

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Hallazgos principales del estudio

El análisis recopiló datos de un total de 19,469 participantes. En este, se evaluaron cinco dominios clave del favoritismo parental, las interacciones positivas y negativas como las muestras de cariño y conflictos, además de los recursos implementados, es decir, cuánto dinero, tiempo o privilegios le brindan los padres al hijo favorito. Asimismo, el grado de independencia otorgado y la forma que es percibido por los demás.

El metaanálisis encontró que las hijas suelen recibir un trato más favorable en comparación con los hijos. Este resultado, respaldado por investigaciones anteriores, refleja una tendencia constante en madres y padres, especialmente en contextos donde las interacciones positivas y el afecto son prominentes.

El impacto de la personalidad y el temperamento

Los niños con características como la responsabilidad y la organización tienden a ser más favorecidos. Esto podría explicarse porque suelen generar menos conflictos y son percibidos como más fáciles de criar. Sorprendentemente, la extroversión, a menudo valorada socialmente, no está asociada al favoritismo dentro de las familias.

Respecto al temperamento, el estudio mostró que los niños con menos reactividad emocional tienden a recibir interacciones más positivas. Sin embargo, no se hallaron pruebas claras que conecten otros aspectos del carácter, como la apertura o la ansiedad, que afecten en cómo los padres tratan a sus hijos.

El análisis también reveló que los hermanos mayores suelen disfrutar de mayor autonomía y menos control parental. Esto podría deberse a que los padres los perciben como más maduros, una diferencia que se acentúa en familias con estructuras tradicionales. Sin embargo, este beneficio puede interpretarse como una desventaja por los hermanos menores, quienes podrían percibir una falta de equidad.

Consecuencias para la salud mental“Es un desafío complejo, pero entender estos matices puede ayudar a prevenir dinámicas familiares dañinas y fomentar entornos más equitativos”, añade Jensen, uno de los autores de la investigación.
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El favoritismo no es inofensivo. Según Jensen, uno de los autores del estudio, los hijos que perciben un trato menos favorable tienden a experimentar problemas de autoestima, más tensiones familiares y, en casos graves, dificultades en su desarrollo emocional. 

Estas diferencias, aunque no intencionadas, pueden sembrar rivalidades entre hermanos y perpetuar patrones de desigualdad en la adultez.

Este estudio subraya la importancia de que los padres sean conscientes de sus sesgos. Aunque algunos factores son inevitables, como las personalidades de los hijos o sus roles dentro de la familia, es crucial que todos los hijos se sientan valorados y apoyados por igual.

Así que, la próxima vez que te preguntes si eres el hijo favorito, recuerda que la respuesta podría depender de mucho más que simples preferencias: factores como la responsabilidad, el género o incluso la edad podrían estar moldeando estas percepciones familiares.

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