¿Recrearse en el pasado? ¡Vamos, que no es tan malo!
Frente a la violencia, el narcotráfico, las crisis política, económica y sanitaria que vivimos los ecuatorianos, la nostalgia ofrece algo de bienestar, según los especialistas
No hay día que no entres a las redes sociales y no te encuentres con gente nostálgica, esa que postea fotos de su niñez o juventud; o links de Youtube que te muestran "cómo era de distinta y tranquila la vida" tres o cuatro décadas atrás, cuando la pesada regla de madera y la chancleta de mamá eran los mejores 'maestros' y 'padres' para corregir la conducta de los chicos. Tampoco falta en nuestras vidas el amigo de la escuela o el colegio que vive organizando reencuentros para rememorar los tiempos idos; o aquel familiar que atesora, además de viejos discos de vinilo y casetes con "la mejor música ochentera", un montón de objetos que marcaron su vida en el pasado.
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Leer másEl guayaquileño Alejandro Ponce Martínez, de 51 años, es uno de ellos. Este licenciado en Bibliotecología y Archivología vive recreando el pasado no solo en su mente y en forma virtual, sino también de manera física ¿de qué manera? organizando encuentros con amigos de su barrio, de la escuela y de las empresas donde ha trabajado.
"Con la ayuda del Whatsapp nos reencontramos primero en forma virtual con la gente de mi barrio en el sur de Guayaquil y así logramos en diciembre (de 2020) volvernos a ver. La mayoría ya no vive allí y tiene 51 años de edad para arriba. El encuentro nos sirvió para recordar anécdotas y juegos que vivimos de niños y jóvenes ¡La pasamos increíble!", expresa Ponce Martínez, quien es miembro de la biblioteca de la Universidad Del Pacífico.
Quizás sea una tendencia del momento viajar y alabar como nunca antes al pasado, gracias, sobre todo, a la magia del internet, pero la realidad es que nunca la gente adulta y los más longevos han dejado de hacerlo. Pero hay otra realidad: frente al montón de crisis que hoy se juntan y afectan los ecuatorianos (económica, sanitaria y moral por poner unas cuantas), la gente busca refugiarse o trasladarse al ayer.
Claro que desde hace siglos y hasta la actualidad ha habido y hay muchos que consideran que estar reviviendo el pasado es negativo o un lastre para avanzar hacia el futuro. Pero estudios científicos han concluido que la nostalgia hace que las personas se sientan más felices, seguras de sí mismas y optimistas.
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Leer másPERSONAS SATISFECHAS
Este sentimiento contribuye a que las personas se sientan satisfechas con sus vidas y consideren que esta tiene sentido, señalaron en 2011 Clay Routledge, psicólogo de la Universidad de Dakota del Norte, y otros científicos, y lo demostraron a partir de diversos experimentos. En uno de ellos, los participantes que leían textos de canciones que les provocaban buenos recuerdos consideraban que su conducta tenía más sentido, en comparación con las personas del grupo del control. Además, aquellos que a menudo tenían la sensación de nostalgia valoraban su vida como más importante y se sentían más unidos a los demás.
Cómo carambas hace uno para volver a esta bonita etapa? pic.twitter.com/GdDuEj0l0i
— c-vale❤️ (@cvale8aa) October 18, 2021
El psicólogo ecuatoriano Maximiliano Bravo concuerda en parte con esta teoría. Recalca que recordar el pasado es una de las estrategias que puede aplicar el ser humano para sentirse mejor frente a tantos problemas y vicisitudes, pero siempre y cuando se trate de retrotraer cosas agradables, porque en la vida de una persona -aclara-, también hay momentos que son como para el olvido.
"De acuerdo a las experiencias de cada persona -subraya el terapeuta manabita-, claro que sería conveniente recordar y trasladarnos a otra época, trayendo al presente las cosas que fueron buenas o que se hicieron bien en el pasado".
PARA NO REPETIR ERRORES
Aunque los ecuatorianos parecen estar ganándole la batalla a la pandemia con la vacunación masiva contra la Covid, el país tiene al momento otros grandes males que derrotar, como la pobreza y extrema pobreza, el agobiante desempleo, los monstruos del narcotráfico y la inseguridad y una clase política cada vez más dividida y débil para enfrentar todo aquello.
Ponce Martínez advierte que ante esta gran cantidad de situaciones adversas, la niñez y juventud ecuatorianas parecen ajenas, cautivadas como están por la tecnología, la música y otras tendencias con mensajes obscenos y faltos de valores. "En mis tiempos -insiste-, no había nada de esto, los niños leíamos más y jugábamos canicas, la pelota y a la soga sanamente".
Hay especialistas que aseguran que lo que ocurre en el presente incide mucho en algunas personas para añorar el pasado y también en las que deciden más bien pensar en el futuro.
Con la pandemia estamos viendo muchos casos de trastornos de ansiedad y depresión.
Hay varias técnicas que se pueden aplicar en estos casos. Una es recordar el pasado, aunque claro sería conveniente enfocarse en las cosas que fueron buenas o que se hicieron bien en el pasado.
"TODO TIEMPO FUTURO SERÁ MEJOR"
En este último grupo está la ex Presidenta de la República, Rosalía Arteaga Serrano, quien dice a EXPRESO que es bueno recordar hechos "porque tiene que haber una memoria colectiva para no repetir los errores del pasado", pero que también es bueno pensar en lo que depara el porvenir.
"Sigo el pensamiento del gran filósofo (y psicólogo canadiense) Steven Pinker, de que todo tiempo futuro será mejor", comenta la también educadora y escritora cuencana, al rebatir la teoría de que "todo tiempo pasado fue mejor", porque -recalca-, antes también existían carencias e incertidumbres.
"Cuando uno analiza distintos índices de los países, etcétera, vemos que hemos avanzado, por ejemplo, en el promedio de vida. Vino a interrumpirlo un poquito la pandemia, pero en la época antigua a los 50 años la gente era vieja. Yo tengo 64 y me siento tan vital, tal vez mejor que antes", añade Arteaga.
La exmandataria subraya en que gracias al avance de la ciencia, el mundo podrá ir construyendo un mundo mejor, pero aclara que ciencia y conciencia tienen que ir de la mano.
"La ciencia es importante porque nos da soluciones pero la conciencia nos hace modificar hábitos y estar siempre pendientes de cómo vamos a mejorar".
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Leer másPonce Martínez admite, como Arteaga, que el mundo mejora con los avances de la ciencia, pero también considera que los países como el nuestro hoy tendrían mejores expectativas si se pudieran rescatar valores, principios y hábitos de la gente que un día fueron y que ya no están más.
Quizás mucha razón tenía el poeta argentino Gonzalo Tejada cuando escribió su conocida canción de las cosas simples: "Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida...".