Ruletas y rayuelas para reflexionar con los niños

Los voluntarios de la Cruz Roja Ecuatoriana sabían que para hablar con los niños no podían simplemente pararse frente a ellos y comenzar a recitar cada punto. Había que buscar una metodología que hiciera que además de aprender comenzaran a reflexionar sobre lo que ocurre en su entorno.

Querían también recuperar de alguna manera los juegos tradicionales que se han ido olvidando producto del apego que tienen los chicos a la tecnología, además de promover una cultura de paz y no violencia dentro de las escuelas. Así fue como nació ‘Entre risas y sonrisas’, una campaña que se ejecuta a nivel nacional.

Son los jóvenes los encargados de llegar con el mensaje. Diana Torres, coordinadora del programa Juventud de la Cruz Roja del Guayas, está complacida con la manera en que los chicos acogen la metodología y debaten sobre situaciones que podrían ocurrirles.

La jornada comienza con un espacio dinámico y participativo, compuesto por ocho actividades. Hacen girar ‘La ruleta de los derechos’, lo que se convierte para los pequeños en toda una aventura de aprendizaje.

Así el siguiente paso es comenzar a conocer ‘La rayuela de las responsabilidades’. Así pasan a la siguiente actividad: ‘Tu otra mitad’, que les permite reconocer la relación que existe entre los derechos y responsabilidades de los niños y niñas.

Uno de los puntos infaltables es ‘Yo te respeto, no te mancho’, un espacio en el que se busca sensibilizar a los chicos sobre el impacto que pueden tener ciertas situaciones violentas o conductas agresivas dirigidas hacia los demás.

Se trabaja con siluetas de un niño y una niña, con frases y colores. Así se genera un diálogo para saber, por ejemplo, cómo reaccionarían si un compañerito les pega.

Y en ese recorrido de juegos o actividades un punto clave es trabajar en la autoestima. El objetivo es que los niños descubran su ‘estrella’. En un papel escriben su nombre, su apellido, lo que les gusta y, sobre todo, lo que los hace únicos; así identifican sus características individuales.

Ríen y comparten, pero también hablan de temas serios cuando reflexionan sobre los secretos. “Se les pregunta qué es para ellos un secreto y cuándo consideran que es inapropiado”, explica Diana Torres. Es una manera de prevenir situaciones de violencia en los niños y fomentar la reflexión sobre los secretos desde situaciones cotidianas.

Con una serpiente en escaleras termina la jornada, en la que existen varios retos para poner a prueba todo lo que han aprendido. Los voluntarios han notado lo rápido que aprenden los chicos cuando juegan y que saben diferenciar entre lo que está bien y lo que no.