¿La salud emocional se hereda?
Las historias de dolor que usted experimente podrían estar relacionadas con conflictos internos no resueltos por sus ancestros.
Es conocido que las enfermedades mentales como la esquizofrenia, depresión o trastorno de bipolaridad tienen probabilidades de ser hereditarias si combinan ciertos factores genéticos y ambientales. Pero, ¿qué ocurre con la salud emocional?, ¿los miedos, traumas o deseos también se traspasan de generación en generación?
El 10 de octubre es el Día de la Salud Mental y para conmemorarlo, en SEMANA conversamos con Andrea Hernández, especialista en Bioneuroemoción de la fundación Conexión Vital. Ella explica la importancia de revisar el historial familiar no solo para identificar enfermedades, sino para conocer sobre situaciones dolorosas que hayan vivido sus padres o abuelos y que podrían estar influyendo en su presente.
De acuerdo con la experta, las heridas emocionales y los eventos traumáticos quedan registrados en el ADN con el riesgo de ser repetidos si se presentan condiciones similares a las que vivieron sus antepasados.
“Historias de aborto o de traiciones, deseos inconclusos, alergias y adicciones permanecen en los genes hasta tres o cuatro generaciones y se activarán de acuerdo al ambiente emocional en el que nos desenvolvemos o el entorno donde vivimos”, detalla Hernández.
En términos sencillos si su abuela fue víctima de maltrato físico y luego su madre repite el patrón es probable que usted y sus hijos se enfrenten a una situación similar.
“Por ello, es importante tomar conciencia del pasado y cuestionarnos, ver esas advertencias que nos deja, en este caso, nuestra abuela y romper ese ciclo tomando mejores y diferentes decisiones”, expresa.
Al buscar sanación también cura las heridas de su abuela y su madre y así está liberando y cortando toda la información para que no se transmita a sus hijos
PASO A PASO
- Converse con sus parientes de primer y segundo grado (padres, tíos, abuelos) e indague en la historia familiar.
- Identifique las similitudes que existen entre su historia y las de ellos.
- Procese esa información desde la gratitud y no desde el victimismo. La experiencia está para enseñar algo.
- Dígale simbólicamente a ese antepasado “gracias por la enseñanza, no voy a repetir la historia”.
- Perdone a sus antecesores, ellos hicieron lo que mejor pudieron.
- Acuda a un profesional.
- Cuide sus acciones y decisiones, sea una mejor versión de sí mismo para repercutir positivamente en sus hijos y nietos.