Cólico renal, tan doloroso como el de parto
Ese dolor repentino, intenso e insoportable, que se produce por la presencia de un cálculo o piedra, requiere de atención médica inmediata
El dolor que causan las piedras en los riñones es tan severo que muchas de las mujeres que lo han experimentado, lo califican de igual o superior al que se siente durante el parto. "Empezó en la región lumbar, continuó hacia el estómago y la vulva. Me retorcía en la cama, doblaba las piernas, las estiraba, me ponía de lado, pero ninguna postura lo calmaba, por el contrario iba creciendo. Luego empecé a sudar frío y el corazón me latía aprisa. Mi esposo me llevó a urgencias donde, después de someterme a una terapia para el dolor, exámenes de laboratorio y control ecográfico, el médico llegó a la conclusión de que había sufrido un cólico renal", relata Amanda Casañas, catedrática de 52 años.
El temido cólico renal, que afecta a hombres y mujeres, se asocia con otras manifestaciones como hematuria (orinar con sangre), ardor y aumento de la frecuencia miccional, que puede ir acompañado de náuseas, diarrea o deseo continuo de defecar, explica el urólogo César Merino Espinoza.
¿Qué son los cálculos renales?
Son depósitos duros de minerales y sales que se forman por lo general a partir de calcio o ácido úrico, se ubican dentro del riñón y pueden viajar a otras partes del tracto urinario. Su tamaño varía. Algunos son muy diminutos como granos de arena (menos de 4mm y son eliminados con nada o muy poco dolor). Y otros crecer tanto que pueden ocupar todo el riñón, explica el profesional.
Análisis de sangre y orina, una ecografía, y tomografía permiten el diagnóstico preciso de la presencia de la litiasis urinaria.
Para aliviar el dolor el médico prescribirá analgésicos y antiinflamatorios, entre otros fármacos. Los de tamaño grandes requieren de diferentes tratamientos como por ejemplo, la litotripsia extracorpórea con onda de choque (ESWL, cuyas inglés) de fuertes vibraciones que descomponen los cálculos en pedazos diminutos que se eliminarán por la orina. Y de ser necesario, cirugía.
- ¿Por qué tanto dolor?
Explica el doctor Merino que primero, porque el uréter es pequeño y no flexible, lo que le impide estirarse para alojar un cálculo; segundo, cuando una piedra entra al uréter, este reacciona oprimiendo el cálculo en un intento por sacarlo y esos espasmos pueden derivar en mucho dolor; y, tercero, cuando el cálculo obstruye el uréter, la orina se acumula en el riñón, ejerciendo presión sobre ese órgano.
Algunas personas consiguen alivio usando una bolsa de agua caliente, almohadilla térmica, o un baño caliente.
Cerca del 85 % de los cálculos renales son de calcio, normalmente de oxalato de calcio. Son menos comunes los cálculos de ácido úrico, de estruvita y de cistina.
- ¿Cómo prevenir?
1. Beba más líquidos, mínimo 5 vasos de agua al día.
Los té de plantas como el boldo, chanca piedra, cola de caballo o pelusa de choclo tienen inhibidores de la cristalización.
2. Limite el consumo de proteínas (de origen animal). El exceso puede causar que se formen cálculos renales
3. Reduzca el consumo de sal. El sodio provoca que aumente el calcio en la orina, haciéndolo más propenso a tener piedras en los riñones. Recuerde que muchos alimentos preparados, enlatados o congelados ya contienen sal.
- Atento a estas señales
1. Dolor en la espalda, el vientre o los costados.
Aparece de repente y es tan intenso que el agraviado pide desesperadamente que lo lleven al hospital. Comienza cuando una piedra se mueve en el uréter estrecho. Esto causa un bloqueo, lo que hace que la presión se acumule en el riñón y active las fibras nerviosas que transmiten señales de dolor al cerebro.
El dolor cambia de ubicación e intensidad a medida que la piedra se mueve de lugar. Este, aparece y desaparece en oleadas, que se agrava debido a que los uréteres se contraen cuando intentan empujar la piedra hacia afuera. Cada oleada puede durar unos minutos, desaparecer y luego volver.
Sentirás dolor a lo largo de tu costado y espalda, debajo de tus costillas. Puede irradiarse hacia el área del vientre e ingle a medida que la piedra se mueve hacia abajo a través del tracto urinario.
Los cálculos grandes pueden causar aún más dolor que los pequeños, pero la severidad del dolor no necesariamente se relaciona con el tamaño del cálculo. Incluso uno pequeño puede causar dolor cuando se mueve o causa un bloqueo.
2. Dolor o ardor al orinar
Una vez que el cálculo llega a la unión entre el uréter y la vejiga, comenzarás a sentir dolor al orinar (disuria). También mayor ganar de ir al baño (señal de que el cálculo se ha movido hacia la parte inferior del tracto urinario). La presencia de sangre es una señal de cálculos en el tracto urinario. Podrás notarla roja, rosa o marrón. A veces, además del cálculo, puedes tener una infección de las vías urinarias.
3. Orina turbia o con mal olor
La orina saludable es de color claro y no tiene un olor fuerte. La orina turbia o con mal olor puede ser una señal de una infección en los riñones u otra parte de tu tracto urinario.
4. Orinar pequeñas cantidades
Los cálculos renales grandes a veces quedan atrapados en el uréter. Este bloqueo puede retardar o detener el flujo de orina. Si tienes un bloqueo, quizá solo podrías orinar un poco cada vez. Si el flujo de orina se detiene por completo, pasa a ser una emergencia médica.
5. Náuseas y vómitos
Es común que las personas con cálculos renales sientan náusea y vomiten. Estos síntomas ocurren debido a las conexiones nerviosas compartidas entre los riñones y el tracto gastrointestinal.