¿Qué esconden los dolores de espalda?

En la niñez y adolescencia era frecuente oír frases como “párate derecho” o “camina recto”, y si bien en su momento se les restaba importancia, estos sabios consejos tenían una gran verdad detrás: el prevenir malestares de la espalda en la adultez, como escoliosis, hernias discales, espondilosis, estenosis de canal lumbar, entre otras.

La columna vertebral, aunque es muy subestimada, es una de las estructuras más importantes del cuerpo, ya que da soporte y protege al sistema nervioso. Gracias a ella, a través de la médula espinal, vértebras y discos se envían mensajes al cerebro. Un dolor de espalda puede acarrear consigo una mínima lesión o ser el indicador de que algo más grave está pasando y se requiere incluso una intervención quirúrgica.

Lavar los platos, cargar a los hijos, pasar ocho horas frente a la computadora y hasta ver Netflix toda la madrugada desde su sofá podrían ser los causantes de graves y complicadas dolencias. “Al coger objetos pesados se pierde el equilibrio de todo el cuerpo y si no se lo hace de manera adecuada, puede conllevar a un esfuerzo muy grande que, poco a poco, deteriore su columna”, señala Eduardo Ordóñez, neurocirujano especializado en EE. UU., España y Brasil.

Por su parte, el traumatólogo Luis Mena indica que a su consulta asisten mayormente pacientes con problemas en la región cervical y lumbar. “El problema degenerativo de los discos comienza después de los 35 años, cuando se empiezan a deshidratar y envejecer. Esto, sumado a las malas posturas, genera molestias en la espalda”.

El estilo de vida de cada persona también es un factor determinante a la hora de diagnosticar el estado de salud de la columna vertebral. “Hay muchos pacientes con obesidad que presentan dolores contracturales, porque el peso aplasta los discos intervertebrales que sirven como almohadilla amortiguadora”, explica el profesional.

Recomendaciones

De acuerdo con Mena, especialista en columna, en los adultos lo recomendable para evitar problemas de espalda y reducir la carga de la misma es:

• Alimentación balanceada sin excesos de grasa o hidratos de carbono.

• Hacer ejercicio de forma regular (caminatas, abdominales, flexiones de pecho).

• Mantener un peso saludable.

• Realizar pausas activas cada 40 minutos y usar silla ergonómica en el trabajo.

• Dormir bien y alejarse del estrés para tener músculos relajados.

Mientras que para niños y adolescentes aconseja tener cuidado con el peso de las mochilas escolares y practicar actividades deportivas como la natación.

Buena higiene postural

La higiene postural es el conjunto de normas para lograr la correcta posición del cuerpo durante la realización de actividades cotidianas, con el fin de evitar lesiones.

• Mejor posición para dormir: al estar acostado lo óptimo es permanecer bocarriba o ligeramente de costado, también se recomienda el uso de una almohada entre las piernas para mayor comodidad.

• Ideal postura para estar sentado: la altura de la silla debe permitirle apoyar los pies en el suelo, las rodillas y cadera estar a 90 grados y el respaldar debe respetar la curvatura de la columna.

• Adecuada posición para cargar peso: si el objeto está en el suelo, al recogerlo agáchese con las rodillas flexionadas, los pies ligeramente separados y la espalda recta.

Señales de alarma

Según el doctor Eduardo Ordóñez, de diez pacientes que atiende, solo dos necesitan de intervención quirúrgica, por lo que el experto comparte algunos signos que alertan sobre la necesidad de acudir rápidamente al médico.

• Tiene poca fuerza y no puede sostener el cepillo de dientes o manejar los cubiertos.

• Presenta hormigueo en manos y piernas.

• No puede controlar el orinar o defecar, ya que presenta un compromiso del filtro urinario o esfínter fecal.

• Continúa el dolor pasadas las ocho semanas, incluso después de tomar medicamentos y seguir las terapias prescritas.

Nuevas técnicas

Evitar el corte y hacerlo lo menos invasivo posible es hacia donde apuntan los nuevos métodos alternativos a la cirugía abierta, mecanismos mucho más bondadosos que tienen menos riesgos y permiten que el paciente se recupere pronto.

El neurocirujano Ordóñez, quien es miembro de la AOSpine (Comunidad Internacional de Cirujanos de Columna), señala que entre las técnicas se encuentra la radiofrecuencia, la nucleoplastia y la endoscopía de columna, que sirven para desinflamar el nervio y tratar hernias sin necesidad de cortar para llegar al músculo, donde están las terminaciones nerviosas, y administrar una medicación.

El tratamiento depende del grado de compresión nerviosa, cuando el disco intervertebral tiene una hernia por arriba del 30 o 40 % de compresión y además presenta algún problema neurológico (falta de movilidad) de más de 4 o 6 semanas.

“Lo primero es tratar con medicación y rehabilitación (infiltraciones de ozono o un bloqueo radicular) durante dos a tres semanas. Si no mejora, se va pensando en otros métodos, siempre optando por los menos invasivos”, detalla Mena.