Fobias extremadamente raras
Son reales e irracionales, muchas son originadas por experiencias traumáticas en la niñez.
El miedo es una emoción que cualquier persona puede experimentar durante su vida cotidiana, pero que aprende a sobrellevarlo. Mientras que en la fobia, ese temor se vuelve intenso e irracional ante determinada situación, objeto o animal. Al punto de que quien la padece hace todo lo posible para evitar ese objeto o situación que le produce ese estado de ansiedad.
La Papafobia (miedo al Papa), la pogonofobia (miedo a las barbas), la enofobia (temor o asco al vino), la triscaidecafobia (miedo al número 13), entre otras extrañas e inexplicables, interfieren en el desarrollo normal del individuo, provocándole ansiedad extrema, palpitaciones, sudoración, náusea, vómito, boca seca y falta de aire, entre otros, dice la agencia Efe.
La OMS estima que más del 7% de la población mundial presenta alguna fobia. Se origina, generalmente, a partir de una experiencia traumática en la niñez, factores hereditarios o genética. Y que con terapia psicológica es posible superarla.
Para el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, las fobias son la enfermedad mental más común entre las mujeres de todas las edades y la segunda más común entre hombres mayores de 25 años.
Las más inusuales
Hexakosioihexekontahexafobia: miedo al número 666. Los afectados evitan ver este número que se exhibiba claramente, como en un edificio, matrícula del carro o transporte.
Xantofobia: miedo al color amarillo. El sol, la pintura e inclusive la palabra 'amarillo', generan síntomas de ansiedad en el xantofóbico.
Turofobia: miedo al queso. Quienes la sufren no pueden ver ni oler un simple trozo de queso, de cualquier tipo.
Crematofobia: miedo al dinero. Ir al supermercado o comprar un boleto de viaje les causa increíblemente, verdadero pánico.
Somnifobia: miedo a dormir. La sola idea de cerrar los ojos, los invade de pánico, al extremo de pensar que mientras duermen algo terrible les va a pasar; por ejemplo, dejar de respirar y morir.
Ombrofobia: miedo a la lluvia. Con tal de no mojarse, llegan a desarrollar una inusual predilección por objetos para protegerse del agua como paraguas e impermeables.
Omfalofobia: miedo a los ombligos. No soportan ver ombligos de otros y ni siquiera tocar el propio. Con seguridad estas personas jamás irán a la playa.