La luz del exterior, perjudicial para el sueño juvenil
Este tipo de contaminación lumínica (proveniente de la calle) los induce a acostarse tarde y sensibles de padecer algún trastorno emocional y físico.
Apagar las luces de la casa para dormir bien, no es suficiente para garantizar un buen descanso. Al parecer, la luz proveniente de la calle también interfiere en este propósito y afecta la salud mental y física de los adolescentes, especialmente, según un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry.
Según la investigación, en la que participaron más de 10.000 jóvenes, entre 13 y 18 años, los altos niveles de luz artificial (letreros, luminarias externas, publicidad) los induce a acostarse más tarde y dormir menos; pero además están en riesgo de sufrir algún trastorno del ánimo o ansiedad.
Explica el neuropsiquiatra Eduardo Santillán que este tipo de iluminación puede perturbar el reloj biológico personal (perjudicando el sueño en calidad, profundidad y duración) y el sistema hormonal causando dificultades y "aumentando porcentualmente el riesgo de sufrir obesidad y depresión".
Los adolescentes que viven en sectores con altos niveles de luz artificial nocturna tienen a acostarse más tarde y dormir significativamente menos, lo cual aumenta el riesgo de obesidad y el peligro de sufrir una depresión.
También inciden, dice el experto, la exposición lumínica excesiva de los chicos a la televisión, laptops y otros equipos tecnológicos hasta muy tarde en la noche, haciéndolos proclives a padecer trastornos de ansiedad, bipolar, de borderline. y fobias específicas.
Aunque hay otros factores que inciden en la calidad del sueño, no está de más tapar los espacios por donde se filtre la luz exterior e incluso poner unas cortinas para obtener obscuridad natural o penumbra moderada.