Misofonía, la desesperante afección neurológica que padece Natalia Oreiro
La cantante y actriz uruguaya no soporta ruidos cotidiano como el de mascar chicle, rasgar papel o el que se genera al cliquear un bolígrafo.
Hay sonidos comunes como el del goteo de la llave, al toser o estornudar que para el común de las personas suelen pasar desapercibidos, pero no para quienes padecen de misofonía, un trastorno neurológico que hace que dichos sonidos produzca en ellos una respuesta emocional intensa que va desde el miedo y la angustia hasta el pánico o la ira.
Este trastorno lo padece el 7% de la población mundial, entre ellas la actriz uruguaya Natalia Oreiro, protagonista de la telenovela 'Muñeca brava', quien convive con la afección desde la infancia, así lo confesó en días pasados durante el debut del programa argentino 'Juntos podemos lograrlo'.
El ruido que se hace con los lápices o bolígrafos pueden exasperar a la actriz charrúa, pero el detonante se da cuando escucha a una persona mascar chicle, la angustia y desesperación es tal que se aleja inmediatamente o se pone auriculares.
Otros sonidos como la explosión de un globo de chicle, carraspear, los estornudos o el golpeteo constante con un lápiz, el que hace el teclado del computador o hurgarse las uñas pueden poner en verdaderos aprietos a quienes sufren de este trastorno. "La misofonía se asocia a un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad y según algunos estudios podría estar causado por experiencias negativas asociadas a sonidos específicos", según Wikipedia.
Al parecer, esos estímulos auditivos son malinterpretados por el sistema nervioso central y por eso la persona reacciona con esa extrema sensibilidad", explica la publicación heart-it.org.
Su origen se desconoce. El término fue acuñado en 2001 por los neurocientíficos estadounidenses Pawel y Margaret Jastreboff, pero no fue hasta 2013 cuando se clasificó como un desorden psiquiátrico.
Las personas que padecen misofonía se sienten excluidas e incomprendidas porque se refiere a ellas como locas, histéricas o exageradamente sensibles. Eso le pasó a Natalia quien durante su etapa estudiantil la tildaban de snob. "Al principio no entienden por qué me molesta el chicle, pero luego se supo que no es algo psicológico y que no tiene cura", detalla el medio urgente24.com.
Sin cura ni tratamiento
En la actualidad, según heart-it.org no hay cura ni tratamiento para la misofonía. Aunque ciertas organizaciones señalan que puede ser de gran ayuda la aplicación de terapias cognitivo-conductuales, para intentar comprender cómo se siente el individuo y cómo le afecta esta enfermedad.