¿Qué es más saludable la mantequilla o la margarina?

Mucho se discute entre qué es mejor, cocinar con mantequilla o con margarina. Sus sabores son muy parecidos, ambos tienen una consistencia similar, pero, el organismo puede que detecte la diferencia entre ellas.

La mantequilla es un producto lácteo derivado de la grasa de la leche, ha sido un producto básico durante siglos, con un sabor rico y cremoso. Es una excelente fuente de vitamina A y vitamina D, y puede ser utilizada en una multitud de recetas. Por su parte, la margarina es una grasa vegetal hidrogenada que fue inventada como sustituto más barato de la mantequilla por el año 1950.

"A partir de la década de 1950, surgió lentamente la idea de que las grasas saturadas eran malas y debían ser reemplazadas por grasas poliinsaturadas", que son las que contiene la margarina, explica Nita Forouhi, profesora de nutrición de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, en un artículo publicado a principio de año por la BBC.

La margarina, al ser una grasa trans, es especialmente perjudicial para la salud e incluso ha sido objeto de regulaciones en muchos países. Este tipo de grasa se forman cuando se somete a un proceso de hidrogenación a los aceites vegetales líquidos para convertirlos en sólidos, lo que les da una mayor estabilidad y prolonga su vida útil.

Diferencias del tipo de grasas

Puede que la mantequilla tenga un índice muy alto de grasas saturadas, pero el consumo excesivo de grasas trans, como la margarina, puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, el aumento del colesterol malo (LDL), la disminución del colesterol bueno (HDL), la inflamación crónica, la obesidad y la diabetes tipo 2. 

Así lo afirma Lisa Harnack, profesora de nutrición de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos. Y de hecho, este tipo de grasas tienen un efecto aún más negativo sobre el colesterol que las grasas de la mantequilla.

Es por eso que lo más recomendable es limitar o evitar el consumo de grasas trans, optando por opciones más saludables como el aceites de oliva, coco o aguacate, y por supuesto, las grasas saturadas naturales como la mantequilla y el aceite de coco. Lo mejor que puede hacer para su salud es aprender a leer las etiquetas de los alimentos y evitar aquellos que contengan ‘grasas trans’ o ‘parcialmente hidrogenados’ en su lista de ingredientes.

Según una estimación de la Organización Mundial de la Salud, las grasas trans pueden llegar a causar 540.000 muertes al año en el mundo. La recomendación general dice que las grasas saturadas, como la mantequilla, no deben representar más del 10% de nuestra energía total.

La realidad es que no hay estudios concluyentes de que la mantequilla sea mejor que la margarina. Aunque la mejor solución será el sentido común en una dieta que no se extralimite en el consumo de ninguna de ellas.

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