Santiago García, una apuesta por la innovación gremial
El presidente del Colegio de Economistas de Pichincha habla sobre los retos en el futuro de la entidad y su rol.
“Hay que reconocer que en los últimos años, los colegios profesionales perdimos espacio como centros de opinión y como prestadores de servicios. Nos hemos visto obligados a reinventarnos”, reflexiona Santiago García, titular del Colegio de Economistas de Pichincha.
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Leer másDocente de larga data de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador (UCE) y exviceministro de Economía, García ganó las elecciones del colegio gremial a fines de 2020 y se sumergió en su renovación.
“La nueva lógica de los colegios profesionales es dar servicios, y es algo que debíamos recuperar como institución”, explica. En ese proceso, abogó por la ampliación de los análisis relacionados a la economía popular y solidaria, un eje que desde su punto de vista puede transformar la falta de empleo en el país.
Curiosamente, llegó a esta conclusión durante su incursión en la política pública. “Siento que, como economistas, nos hemos centrado muchísimo en lo macro, sin tomar en cuenta la enorme problemática social y cómo afecta a la economía. Ser viceministro fue un reto, porque me obligó a salir de los libros, de los análisis, para afrontar las carencias cotidianas. Es decir, si había que pagarles el sueldo a los maestros, había que pagarles el sueldo, y había que ver de dónde se sacaba”.
Esa filosofía también la llevó a las aulas de la UCE, donde desde hace décadas se desempeña como docente. “Me parece importante que los jóvenes de hoy en día investiguen, indaguen y no se queden solo con la teoría”.
No se considera un profesor estricto, pero sí uno exigente. “Siento que soy flexible, que si alguno de mis alumnos no puede entregar un trabajo a tiempo, debe darme los motivos y seguramente extendería el plazo. Prefiero ser flexible a que no aprendan o descarguen de internet algo que no comprenden”, afirma.
- De la teoría a la práctica
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Leer másLa idea de volver tangible la labor del colegio y alejarla de lo netamente teórico, ha llevado a la solidificación de dos propuestas: la primera, la implementación de una bolsa de empleo para buscar nexos con industrias y empresas; y la segunda, la creación de departamentos cuyo enfoque es el desarrollo de estudios macro y microeconómicos que puedan influir en la toma de decisiones nacionales.
“Siento que ese es el rol de un colegio profesional: contribuir al debate de los problemas socioeconómicos de la sociedad. Es la responsabilidad de cada uno desde su rama. Hay colegios como el de Arquitectos y de Odontólogos que tomaron la delantera en este proceso, pero nosotros no podíamos quedarnos atrás”, sostiene.
Añade, no obstante, que la renovación ha sido un proceso lleno de trabas y que ha ido avanzando lentamente. “Nos ha costado mucho recomponer lo que nos dejaron. Cuando llegamos, encontramos mal llevada la contabilidad y los estados financieros, ¡en un colegio de economistas!”.
Sin embargo, establece que el legado de este mandato será dejar la entidad profesional en marcha, con estatutos que perduren en el tiempo.
“Tenemos un plan estratégico a cuatro años. En un pasado el colegio casi desaparece, pero se superaron los problemas fortaleciendo la institución. Los próximos dos años se pondrán a prueba estas normativas, que actualmente están en manos de la Senescyt, y ojalá puedan servir de modelo a los otros colegios de Pichincha y del país”.
- El debate público
A la par, García asevera la importancia de la labor gremial en la toma de decisiones nacionales, y cita la intervención del colegio en la última Asamblea Nacional para ofrecer propuestas en torno a temas como la reforma laboral o la entrega de fondos a las universidades. Pese a ello, afirma que la respuesta a sus planteamientos no siempre ha sido positiva.
“Es parte de lo que hacemos. Nosotros no somos oposición a ningún gobierno, nuestro trabajo es aportar, le guste a quien le guste. Hay que entender, por ejemplo, por qué no se genera empleo y por qué la mayoría de ecuatorianos se encuentran en la precarización laboral. No vamos a negar esa realidad porque a un gobierno le resulta conveniente”.
- Cara a cara
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Leer másSi se lo ofrecieran, ¿aceptaría ser ministro de Economía?
Sí aceptaría, siempre y cuando comulgue con las propuestas económicas.
¿No le daría temor?
No. Cuando fui viceministro en 2017 siento que hice una maestría en política fiscal. Fue duro, salí de mis libros y llegué a la vida real.
¿Alguna vez se ha desencantado de la economía?
Sí. Hago una autocrítica y acepto que los economistas hemos obviado cómo influyen los problemas sociales y ecológicos en la economía. A veces me frustro, pero trato de no estancarme ahí y seguir aprendiendo.
¿Tiene hijos?
Sí, tengo dos.
¿Alguno siguió sus pasos en la economía?
¡Ninguno quiso! Uno es arquitecto y el otro estudia periodismo.
¿A qué dedica su tiempo libre?
Me gusta tocar la guitarra y leer.
¿Y qué toca en la guitarra?
Música del recuerdo. Me encanta porque es una forma de distraerme y de calmar mi espíritu.
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