Secuestro exprés y sus secuelas
Retomar su vida resultará difícil, pero no imposible. Siga los consejos de los expertos.
Enfrentarse a una situación violenta como un robo o un asalto genera de por sí una gran afectación a una persona, peor aún cuando este hecho es cometido bajo la modalidad del desafortunadamente conocido secuestro exprés, en el que por un tiempo que parece interminable está en grave riesgo la integridad de la víctima.
Según cifras de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), en el primer semestre del 2022 se denunciaron 88 casos en la Zona 8, mientras que en el 2021 fueron 85 en ese mismo sector, pero durante todo el año.
De acuerdo con la institución, los delincuentes ahora se registran en plataformas de taxis falsificando su identidad. ¿Sus víctimas preferidas? Mujeres que viajan solas.
Adriana (nombre protegido) decidió tomar un taxi amarillo al bajar del turístico barrio Las Peñas, sin imaginarse que sería una afectada más.
“Fue el carro que más barato nos cobró, ahí percibí la primera señal de alarma, pero yo estaba acompañada de un amigo y me sentía segura. El carro empezó a meterse por rutas poco convencionales y conducía muy despacio. De repente, un carro nos bloqueó y de él se bajaron tres tipos, uno se sentó adelante y los otros dos en la parte de atrás, nos obligaron a cerrar los ojos mientras nos apuntaban con la pistola y nos quitaron las cosas y las claves del banco, con las que nos llevaron a los cajeros a sacar más dinero”.
Historias similares se repiten constantemente en las denuncias y aunque esta no tuvo un desenlace fatal, otras no tienen la misma suerte.
“No solo da miedo lo que puedan hacerte, sino también lo que pasa después. El quedar abandonado en medio de la nada sin saber qué hacer es realmente desesperante. Desde ese día, el tema de no escatimar en gastos de transporte es fundamental para mí y ahora acudo a cooperativas, aunque estas sean mucho más costosas”.
Consecuencias
Samuel Medrano, psicólogo clínico, señala que los efectos sufridos tras ser víctima de un secuestro exprés forman parte de lo que se conoce como estrés postraumático. “Este evento es inesperado, traumático y negativo. En él la persona llega a sentir pánico ante la posibilidad de morir o ser agredida”.
El especialista explica que el afectado experimentará paranoia, por lo que “no va a querer salir a la calle, deseará cambiar de ciudad y hasta de país, además tendrá mucha desconfianza porque siente que todo el que está por ahí lo va a secuestrar o hacer daño”.
Adicionalmente, las secuelas de la víctima, dependiendo de qué tan violento fue el secuestro, pueden ser:
- Problemas para dormir
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Depresión
Por otro lado, el especialista coincide en que las más afectadas son las mujeres, porque los secuestradores son en su mayoría hombres. “Al miedo a ser agredidas físicamente se suma el temor a ser vulneradas sexualmente, lo que generaría un doble trauma”.
Mantener la calma
Durante la situación, el cerebro experimenta un alto nivel de estrés. Sin embargo, hacer un esfuerzo por estar tranquilo será un factor determinante para que no pase a algo mayor. “Por regla general, el objetivo de un secuestro está relacionado con el dinero y luego los dejan libres. Hay ocasiones en que los hombres víctimas quieren pelear, pero se recomienda no hacerlo porque los secuestradores están armados y ese acto de rebeldía puede acabar mal”.
Cómo recuperarse
Contar con el acompañamiento, apoyo, empatía y comprensión por parte de familiares y amigos marca la diferencia en el tiempo de mejoría y le ayudará a retomar su vida normal con menor dificultad. Para esto, la psicóloga Estela Aguilar recomienda lo siguiente:
- Aceptación. Es importante reconocer que este hecho va a afectar su salud física, mental y emocional y que usted se encuentra en shock porque estuvo en riesgo, perdió cosas materiales, sufrió una invasión a la intimidad y su vida estuvo en peligro.
- No le reste importancia, ni permita que le digan que no es para tanto. Lo peor que puede hacer es fingir que todo está bien cuando no lo está.
- Permítase llorar, encerrarse y descansar. Cada persona tiene su forma de sobrellevarlo.
- No se culpe ni crea que las cosas pudieron ser de otra manera. No se puede retroceder el tiempo y solo queda seguir adelante.
- Hable del tema. Las veces que sea necesario reviva el evento al momento de narrarlo a sus seres queridos. Esto resulta terapéutico porque ayuda a sacarlo, expresarlo y dar nombre a las emociones que sintió.
- Rescate lo positivo dentro de lo malo. Mirar lo bueno, como el hecho de que continúa con vida, es un pensamiento al cual aferrarse para continuar.
- Si en un par de semanas no ve ninguna mejoría en su estado de ánimo, continúa en cama, no quiere comer ni retomar su vida normal, acuda a un especialista.
Utilice movilización de una cooperativa de confianza.
- Comparta su ubicación en tiempo real.
- Tome una foto del vehículo y su placa frente al conductor y envíasela a alguien de confianza
- Revise si el carro tiene seguro para niños.
- Proteja su información personal y financiera.
- Nunca brinde información personal por teléfono.
- No realice retiros cuantiosos de dinero sin resguardo policial.
- No se acostumbre a la rutina, cambie de vías, manténgase alerta al bajarse de su vehículo.