Las señales de que el gato está envejeciendo
Cuando llega a esa etapa, el felino empieza a presentar cambios en su aseo, comportamiento y convivencia. Hay un mayor desgaste de los dientes
Tal como ocurre con los humanos, los animales también sufren cambios severos cuando empiezan a envejecer. Su convivencia suele tornarse difícil, el sueño se altera, se vuelven intolerantes e incluso se les complica asearse.
“La edad máxima de un gato está entre los 15 y 17 años, pero hemos visto algunos que han llegado hasta un promedio de entre 21 y 25 años”, asegura el veterinario Alonso Veloz Herrera.
Para tener idea de la edad de un gato, al año de vida sería como un adolescente humano de 16 años. Un gato de dos sería similar a una persona de 21 y, a partir de ahí, cada año que cumpla el felino serán, más o menos, unos cuatro años humanos.
Según el especialista, una de las claves para saber si un gato es de avanzada edad está en el desgaste de sus dientes.
Chocolate y huevos pueden intoxicar a perros y a gatos
Leer más- Problemas de convivencia
Llegar a la vejez ocasiona que el gato empiece a sentir molestias durante la convivencia con otras mascotas que están dentro de la casa. Esto se debe a las disfunciones sensoriales que se vuelven negativas.
- Menos agilidad mental
Tal como ocurre en los humanos, cuando un gato va envejeciendo le cuesta reconocer los lugares de la casa que antes conocía de memoria, inclusive le cuesta identificar a ciertas personas. Otra consecuencia es la alteración en el sueño y el maullido. Lo importante es estimular diariamente a los gatos a nivel mental para que su agilidad y estado mejoren. El ejercicio es fundamental.
- Poca higiene
Debido a ciertas posturas que realizan al asearse, mantenerse limpios les resulta muy complicado. Esto es normal cuando empiezan a hacerse viejos como consecuencia de dolores musculares o articulares. Es importante que su dueño lo ayude con el aseo, cepillándolo, pasándole toallitas húmedas sin perfume y limpiando su arenero con frecuencia.
- Cambios de conducta
Pueden llegar a tener cambios de conducta. Suelen volverse ariscos o agresivos como consecuencia de algún dolor. También ocurre que empiezan a tener problemas sensoriales que alteran su percepción de la realidad y comienzan a ver a las personas como una amenaza o se asustan con frecuencia, lo que hace que huyan o estén a la defensiva.
Una rigurosa selección para dar en adopción al rescatado
Leer más- Maúlla más
Un gato que comienza a hacerse mayor maullará mucho más que antes, esto se debe a que se siente mucho más vulnerable por situaciones que les generan estrés. El cambio de casa o la presencia de otras mascotas en el hogar pueden ponerlo susceptible.