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La vida sexual de la pareja puede encontrar en la pornografía una herramienta para la estimulación.Shutterstock

¿La pornografía afecta la vida sexual de la pareja?

Conozca cómo influye en su vida íntima mirar este tipo de contenido.

Cuando dos personas llevan un tiempo significativo en una relación, uno de sus principales deseos es que no se apague la famosa llama de la pasión. Con este objetivo y para combatir la monotonía en la intimidad, la pareja puede optar por incluir en su vida sexual una herramienta de estimulación, como es el mirar pornografía.

¿Pero qué ocurre cuando ese nuevo ingrediente no mejora la receta? ¿Hasta qué punto puede influir en la autoestima o el desarrollo de las relaciones sexuales? En revista SEMANA dialogamos con profesionales para tener su punto de vista sobre esta práctica.

Para Silvia Guevara, médica sexóloga, la pornografía siempre ha existido, va a existir y todos en algún momento la van a ver. La diferencia actual es la accesibilidad. “Antes era limitada. Se la veía por revistas o canales televisivos de pago, mientras que ahora basta que tengamos un teléfono celular”.

A criterio de la experta, una pareja puede decidir ver pornografía para dar variedad a su vida sexual, tener mayor estimulación y utilizarla como un instrumento más.

Puede ser una aliada

“Si la vemos como una aliada y entendemos que usarla es similar a ver una película de ciencia ficción, podemos, luego de consultar con nuestra pareja, descubrir qué funciona bien como una herramienta adicional que nos estimula y nos agrada”.

Para ello, es necesario tener claro que ese contenido es solo un recurso para propiciar una intimidad distinta y más interesante, siempre que ambos estén de acuerdo.

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Los besos y las caricias en el juego previo son fundamentales para lograr relaciones sexuales satisfactorias.FREEPIK

¿Cuándo hay un problema?

Sin embargo, la experta enfatiza que es necesario marcar límites, ya que caso contrario pueden surgir inconvenientes como:

  1. Necesidad de ver estos videos sexuales, ya que sin ellos no se alcanza la excitación.
  2. El disfrute de solo un miembro de la pareja, mientras que el otro lo hace bajo imposición.
  3. El surgimiento de inseguridades debido a comparaciones respecto al físico.
  4. Ansiedad por un buen desempeño.
  5. Frustración debido a altas expectativas.

Adicionalmente, si el tema se convierte en una adicción, según el psicólogo Diego Guaranda, existirá eyaculación retardada o precoz, y un deseo sexual anormal, ya sea aumentado o disminuido.

Se resta importancia a temas como el preámbulo o el juego previo, la utilización de preservativos, entre otras cosas que por lo general no se muestran en los videos sexuales.

Realidad vs ficción

Según un informe de Save The Children, los jóvenes acceden a la pornografía a partir de los 12 años, utilizándola como fuente de entretenimiento, información y educación

“Cuando ves estos videos desde tan joven, el cerebro todavía está inmaduro y se está desarrollando; entonces todo lo que yo voy consumiendo, voy asumiéndolo como real”, explica Guevara.

Y justamente el no poder diferenciar la vida real de la ‘perfección’ que se ve en la ficción, hace que hombres y mujeres al momento de la intimidad estén preocupados por temas como el tamaño del pene, la duración del tiempo de erección, la forma de los senos, que no exista vello corporal, etc.

Y es ahí cuando aparecen los problemas de autoestima, agrega Guaranda. “En consulta mencionan cosas como que ‘mi pareja le presta más atención a la actriz (o al actor) que está viendo’, ‘este personaje tiene una figura esbelta y yo no soy así, yo soy gordita, tengo mis kilitos de más’, entre otras”.

Además, aparte de idealizar un estándar en términos físicos, se resta importancia a temas como el preámbulo o el juego previo, la utilización de preservativos, entre otros detalles que por lo general no se muestran en los videos sexuales.

“Están enfocados en que la sexualidad tiene que comenzar de una forma, que a todas las mujeres les gusta hacer una felación, que siempre el hombre está dispuesto y erecto y que ambos deben tener un orgasmo para demostrar que hubo un disfrute”, señala la sexóloga.

Me preocupo y no cuestiono que lo que veo es actuado, que son mujeres a las que les pagan; pero sí dudo de mí, pienso que me está pasando algo y esto hace que yo me sienta mal

Silvia Guevara, sexóloga.

Hay que cuestionar el contenido

Gracias a un artículo de opinión realizado por el periodista Nicholas Kristof para The New York Times, un famoso portal de videos sexuales se vio obligado a bajar la mitad de su catálogo, ya que contenía abusos reales, pornovenganza y grabaciones sin consentimiento.

“La persona que ve pornografía poco a poco va subiendo su umbral, entonces pasa de ver una relación entre dos personas, a observar prácticas con sadismo o masoquismo, que ya caen en una esfera psicopatológica de la sexualidad”, advierte el especialista.

Por este motivo, es necesario preguntarse qué estoy viendo, qué hay detrás de ese video y cuál es su grado de violencia. “De alguna forma, mirar es normalizar la violencia. Entonces, hay que empezar ese cuestionamiento; no la prohibición como tal, pero sí escoger el tipo de contenido y la frecuencia”, enfatiza la profesional.

¿Y el cine erótico?

En contraste con la pornografía, el erotismo es un género cinematográfico que representa el comportamiento sexual humano acompañado de romanticismo. Para aquellos a los que no les gusta la crudeza, puede ser una alternativa, ya que presenta escenas sensuales más provocativas o sugerentes que explícitas.

“Somos seres que requerimos estímulos para tener una excitación sexual. Y ocasionalmente, al ver videos sexuales, podemos pasar por alto todo el proceso de cómo funcionamos, así como la necesidad del romance y el juego previo para tener relaciones que disfrutemos a plenitud”, enfatiza la especialista.

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Mirar cine erótico puede ser una alternativa para lograr estimulación.FREEPIK

Comunicación y consentimiento

En terapia de pareja, detalla Guaranda, ya sea desde el punto de vista emocional o sexual, lo importante es “favorecer la comunicación para que la pareja llegue a un acuerdo”.

La relación sexual no implica solamente la penetración, sino el acto previo a esto. Las caricias, los juegos, los abrazos, verse sin ropa en un espacio agradable para los dos, etc.

Por ello, es necesario tener una conversación honesta en la que ambos manifiesten cómo se sienten en la intimidad, qué les gusta y qué no y cómo lograr que las dos personas puedan disfrutar de relaciones sexuales placenteras. Para esto, el profesional recomienda:

  • Tener claro que todo debe ser consentido y consensuado.

  • Establecer cuáles son los puntos permitidos y no permitidos.

  • Respetar los ‘sí’ y los ‘no’.

  • Comunicarse constantemente respecto a lo que les da placer y lo que no.