Síndrome de la cabaña y el miedo al exterior
Después de casi 80 días de confinamiento, salir a la calle puede generar en muchas personas cierto grado de miedo y ansiedad. Sepa cómo afrontarlo
Hace dos mes y medio, antes de que inicie la cuarentena obligatoria en Ecuador, Priscilla, de 23 años, pasaba todo el día haciendo actividades en la calle y solo iba a casa a dormir. Sin embargo, su estilo de vida cambió radicalmente desde que se vio obligada a permanecer en su hogar por la pandemia del COVID-19. Ahora asegura que la sola idea de salir le provoca pánico. “Siento que lo más extremo que puedo hacer en el día es poner un pie en el umbral del portón de la casa. Es triste lo que me sucede, me niego a salir porque tengo miedo de contagiarme”, reconoce.
Este malestar lo experimentan miles de personas en el mundo. Actividades cotidianas y sencillas como ir al supermercado o viajar en metrovía, generan terror y se convierten en toda una hazaña que amerita una gran preparación para poder retornar ‘sanos y salvos’.
La psicóloga Jasmín Lama explica que ese tipo de conducta hace referencia al ‘síndrome de la cabaña’, comportamiento que surge cuando una persona ha pasado encerrada por largo tiempo con el objetivo de salvaguardar su bienestar. Luego, al tener que salir de esa zona de confort, asocia el exterior como un peligro amenazante, por eso rechaza retomar las relaciones sociales, tiene falta de motivación para realizar tareas, alteración de los patrones de sueño, mucho cansancio, dificultad para concentrarse, además de miedo, inseguridad, depresión, frustración, estrés.
Para la psicóloga Ariadna Chiriboga, esta ‘nueva realidad’ despierta inseguridades por los peligros latentes que hay en las calles y que las personas saben que no pueden controlar. “Muchos perdieron a sus seres queridos por el coronavirus, viven en sectores de alto riesgo de contagio, escuchan en las noticias cómo algunos no acatan las medidas de seguridad o hasta vieron desde sus ventanas a muertos en las calles. Todo esto condiciona el miedo a salir”, dice Chiriboga.
Los más vulnerables
Cualquier persona puede padecer el ‘síndrome de la cabaña’. Sin embargo, existen grupos vulnerables como los adultos mayores, quienes pueden tener mayores complicaciones si se enferman de coronavirus, los que viven solos porque el relacionarse nuevamente con las personas puede resultarles intimidante; y la personas de escasos recursos económicos, ya que tienen la percepción de que si se contagian no podrán seguir apoyando a quienes dependen de ellos, explica Chiriboga.
¿Y los niños?
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Leer másLos más pequeños de la casa también están expuestos a padecer este síndrome porque la información o conversaciones de los adultos, puede afectar su percepción sobre lo que ocurre a su alrededor. Chiriboga considera que es importante que los padres constantemente hablen con ellos sobre sus emociones para que aprendan a identificarlas. Si los hijos sienten tensión, tristeza o miedo en el ambiente, pero papá y mamá solo les dicen que todo está bien, eso los confundirá. Incentive la recreación con actividades terapéuticas como dibujar o cantar.
Cómo afrontarlo
- Recuerde que no está mal sentir miedo. Se debe aceptar que como seres humanos hay situaciones que no se pueden controlar.
- Si un día al salir a la calle tuvo temor, eso no significa que siempre lo volverá a sentir. Que lo reconforte vivir un día más y poder estar cerca de los seres queridos.
- Comunique a sus familiares o con quienes se relacione de forma frecuente cómo se encuentra emocionalmente. Las personas de apoyo son claves para dar mensajes de positivismo o aliento. Es importante que ellos sean empáticos y no minimicen lo que siente.
- Plantéese una tarea a corto plazo y determine una razón específica por la cual salir; por ejemplo, comprar los artículos de primera necesidad. Pero no se sienta obligado a cumplirlo si no está de humor o no le provoca hacerlo. Tenga paciencia y compasión de sí mismo.
- Evite el consumo excesivo de noticias o información en redes sociales. Eso puede generar mayor malestar y ansiedad.
- Haga actividades en casa que lo mantengan distraído para que se aleje de pensamientos negativos.
- Viva en el presente. No concentre su energía en el pasado o futuro.
- El acompañamiento psicológico es clave. No dude en buscar ayuda si considera que necesita apoyo profesional.