
Chismear puede ser bueno para el cerebro (si lo haces bien)
No todo chisme es malo. Conoce los beneficios de compartir información con amigos y cómo puede ayudarte a sentirte mejor
Normalmente pensamos en el chisme como algo negativo, como hablar mal de alguien o compartir rumores innecesarios, pero lo cierto es que, en algunas situaciones, este puede ser realmente beneficioso para nuestra salud emocional. Ana Morán, psicóloga especializada en orientación, lo explica de una manera bastante interesante.
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Cuando las personas se comunican, llega un punto donde no solo intercambian información general, sino también detalles más específicos sobre otros. Ahí es donde surge el chisme. Pero, en lugar de verlo como algo malo, Ana Morán nos recuerda que, cuando se comparte una noticia positiva, como el éxito de un amigo, esto no solo fortalece los lazos entre las personas, sino que también activa áreas del cerebro que nos hacen sentir bien, como el núcleo accumbens, que está relacionado con el placer y la recompensa. Básicamente, hablar de cosas buenas nos hace sentir mejor y nos conecta más con los demás.
La evolución del chisme
Lo interesante es que el chisme no es algo nuevo, sino que tiene raíces en la evolución del ser humano. Según Ana Morán, “hablar sobre los demás nos ayudaba a saber en quién podíamos confiar y quiénes representaban un peligro, lo que era clave para nuestra supervivencia”. Así, el chisme era una herramienta de conexión y protección en tiempos primitivos. A lo largo de la historia, también ha servido para reforzar normas sociales y establecer reputaciones, y en la actualidad, con las redes sociales, el chisme tiene un alcance global. Aunque puede ser útil para conectar a las personas, también puede ser destructivo si se usa para difamar o esparcir desinformación.
El chisme ayuda a reducir el estrés
El chisme no siempre tiene que ver con algo negativo. A veces, hablar de situaciones difíciles con amigos puede ser una manera de liberar estrés y no sentirnos tan solos. Ana Morán explica que compartir experiencias laborales o personales complicadas con alguien de confianza puede ser una forma de aliviar la tensión, sentirse apoyado y hasta generar empatía. Eso sí, el chisme puede tener efectos negativos si se vuelve dañino, como cuando se habla mal de alguien o se difunden rumores. En ese caso, en vez de reducir el estrés, puede activar áreas del cerebro asociadas con el miedo y la ansiedad, como la amígdala, y generar más estrés.
El aspecto positivo y negativo del chisme
Ana también aclara que no todo chisme es igual. El chisme positivo, como compartir los logros de alguien o sus cualidades, puede crear un ambiente de apoyo y colaboración. En cambio, el chisme negativo, como hablar mal de alguien o difundir rumores dañinos, puede ser perjudicial para la salud mental. A lo largo de sus estudios, ha observado que este tipo de chisme puede generar desconfianza y crear un ambiente tóxico, por lo que es importante ser conscientes de lo que se dice y cómo se lo dice.
Para asegurarse de que el chisme tenga un impacto saludable, Morán sugiere reflexionar antes de compartir algo: “Si lo que estás compartiendo es constructivo y tiene un efecto positivo en las relaciones, está bien. Si no es así, mejor abstente”. También recomienda centrarse en lo positivo, siempre siendo realista, y comunicar de manera asertiva, es decir, aborde los problemas directamente con la persona involucrada.
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