Subastas, ferias y un menú para vender más libros
Los libreros de Guayaquil idearon formas para enfrentar la crisis que llegó con la pandemia. Empezaron en línea y ahora abren poco a poco sus espacios
Para poder conservar a los lectores en época de pandemia, las librerías de Guayaquil han probado varias opciones. Algunas apostaron por las subastas virtuales y otras por la entrega a domicilio de un “menú de libros”. Y así con el tiempo, una vez que se relajaron las medidas de confinamiento, comenzaron a presentar ferias en los exteriores de sus locales y a colocar puntos gratuitos de lectura.
Ha sido todo un proceso de adaptación a la nueva normalidad. Estos centros transformaron también sus talleres presenciales en virtuales y los encuentros de los clubes de lectura fueron vía Zoom. Además se aliaron con emprendedores para vender las publicaciones acompañadas de un aperitivo.
Cada uno ideó una forma distinta de no descuidar a su público. María Paulina Briones, escritora, periodista, docente y quien dirige el espacio cultural La Casa Morada, puso en marcha ‘Noctámbulos. Poesía y Narrativa para Insomnes’. Estos recitales en línea gratuitos iniciaban a las 23:00 y por la acogida que tuvieron se mantendrán en agosto.
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Leer másEn este espacio está listo el plan de actividades para el próximo mes, que incluye un garaje de libros, un laboratorio de narrativa y un encuentro del club de lectura.
Y para hacer más atractiva la compra, en el caso de La Colectiva, una asociación de libreros, librerías y editores independientes de Guayaquil, decidió ofrecer sus “apetitosas canastas literarias y espirituosas”, con el mensaje de “las llevamos hasta las puertas de sus casas”. Los interesados podían, por ejemplo, solicitar canastas de 25 a 40 dólares, que incluían libros, pero también un café molido, una mermelada o una cerveza artesanal.
Para saber si la propuesta era bien recibida, la agrupación lanzó una encuesta virtual. Otra de sus actividades fue “La Colectiva se toma la Segunda”, que se desarrolló en la calle Segunda, de Urdesa. Se promocionó como “Cuatro horas de pura energía librera” y en el que aseguraron a sus visitantes las medidas de precaución, con el uso de mascarillas, libros desinfectados y distancia social.
Entre las iniciativas novedosas está también la de La Madriguera, que apenas comenzó la pandemia, trabajó al 100 % desde sus redes sociales, con envíos a domicilio y entrevistas a autores nacionales a internacionales en su segmento #hablandodelibros. Y aunque ya retomaron la atención presencial en la librería siguiendo las medidas de bioseguridad, continúan con la asistencia online para quienes aún no se deciden a salir de casa.
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Leer másComo parte de sus servicios abrió un punto de lectura libre ubicado en Guayarte que se mantendrá hasta agosto, de jueves a sábado, de 17:00 a 22:00, con el objetivo de incentivar la lectura y dar a conocer su oferta literaria, explica Maoly Moreira Gómez, administradora de la librería. Y dice que conforme se vaya permitiendo irán agregando otras actividades como las reuniones del club de lectura.
En este proceso de no perder a sus lectores y ganar también un nuevo público, una subasta virtual de libros nació con la pandemia. El Fauno Verde, que emprendió talleres virtuales, decidió iniciar estas pujas en línea de ediciones raras o descatalogadas, así como de títulos nuevos y de segunda mano. Arrancaban la transmisión en Facebook Live con un precio base y en la caja de comentarios podían escribir su oferta. Luego la publicación era enviada a domicilio.
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Leer másAsí con estas y otras iniciativas, los libreros de Guayaquil lograron mantener a buena parte de su público y aseguran que también lograron atraer a nuevos seguidores a través de las redes sociales