Superar el conflicto: cómo sanar relaciones y construir un mejor país

Tras semanas de tensión política, es momento de sanar heridas, unirnos más y pensar en el bien común

Acabamos de pasar por momentos políticos intensos, difíciles y conflictivos en nuestro país. Fue duro, lleno de hostilidad y con un resultado que muestra una división profunda entre amigos, familiares y conciudadanos. Afortunadamente lo superamos y es hora de pasar la página.

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¿Por qué? Porque no importa si nuestros candidatos ganaron o perdieron, si el resultado nos alegra o nos entristece, todos debemos entender que el conflicto daña, corrompe y lastima. Al final, no vale la pena destruir relaciones personales por contradicciones políticas.

Aceptar la diferencia

Es fundamental recordar que está bien pensar diferente. No estamos en este mundo para tener un criterio o pensamiento único porque eso restaría variedad y diversidad en nuestra existencia. 

Conversar con quien tiene una visión opuesta nos nutre y nos permite comprender otras realidades que desconocemos. En otras palabras, nos humanizamos y empatizamos al compartir con otros.

El problema es que, en lugar de escuchar y aprender, dialogar con voces distintas nos llevó, en las últimas semanas, a la pelea y al conflicto. La política sacó lo peor de nosotros y de nuestros pares en casi todo espacio compartido.

¿Y de qué sirvió? Pelear con tías, tíos, amigos y desconocidos en internet, solo nos trajo un mal rato, pero no aportó nada a nuestras vidas ni al desarrollo de la sociedad. Llenamos de insultos nuestras discusiones y no aportamos nada. Enfatizamos en las diferencias, en lugar de construir sobre ellas.

Lo más grave es que todos olvidamos que queremos un mejor país, una mejor comunidad. La mayoría de ciudadanos quiere vivir tranquilo sin importar el político que esté en el poder y que sea, o no, de nuestro agrado.

Por eso, ahora que estamos en este punto de reinicio como sociedad, avancemos pensando en el bien común, en la empatía y en la plenitud de todos. La armonía no es egoísta, el país nos pide unión y amor. Alejemos el conflicto dañino y malicioso. Solo así, viviremos en ese mundo que todos anhelamos.

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