Tener el teléfono en silencio: un vistazo a la psicología detrás de esta elección
Al reducir las interrupciones y notificaciones se facilita una mayor concentración y se disminuye el estrés
En un mundo saturado de notificaciones y distracciones constantes, mantener el celular en silencio se ha convertido en una estrategia para proteger el espacio personal y mejorar la productividad. Este hábito, lejos de ser una simple preferencia tecnológica, refleja aspectos profundos de la personalidad y la forma en que cada individuo maneja su tiempo y su salud mental.
Jéssica Jara, psicoanalista y miembro de la Nueva Escuela Lacaniana y la Asociación Mundial de Psicoanálisis, ofrece una perspectiva esclarecedora sobre este comportamiento. Según Jara, el acto de silenciar el celular puede ser visto como una respuesta a la autoexplotación y a la presión constante de estar disponible y conectado.
Silenciar el teléfono: ¿Un respuesta a la autoexplotación?
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Leer más"Como es conocido, filósofos como Byung Chul Han han avanzado la teorización de la cuestión de la explotación laboral hasta llevarlo al punto del ‘autoexplotamiento de sí’. En esta época, se ha vuelto imperativo, sin descanso, ‘hacer lobby’ por redes sociales, sin querer perder ninguna oportunidad. En este contexto, poner en silencio el celular es una suerte de virtud al día de hoy."
Este enfoque, aparentemente paradójico, encuentra apoyo en los estudios neurocientíficos que sugieren que silenciar las notificaciones puede mejorar la concentración y reducir el estrés. Al evitar interrupciones constantes, las personas que eligen mantener su celular en silencio logran un mayor enfoque en sus tareas y una reducción significativa en la sensación de ansiedad provocada por las notificaciones.
Manejo del tiempo y protección del espacio personal
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Leer másUna de las razones clave por las que las personas optan por mantener su celular en silencio es su deseo de manejar su tiempo de manera más efectiva y proteger su espacio personal. Este comportamiento no debe ser visto como una señal de antisocialidad, sino como una habilidad para establecer límites claros entre las demandas externas y la vida personal. Al hacerlo, estas personas pueden mantener un equilibrio saludable entre la interacción social y el autocuidado.
Mayor concentración y menor estrés
Silenciar el celular también contribuye a una mayor concentración. Al reducir las distracciones causadas por las notificaciones, el enfoque en las tareas diarias mejora, lo que se traduce en una disminución del estrés y una mayor productividad. Esta práctica ayuda a mantener la calma en un entorno saturado de estímulos, facilitando una gestión más efectiva de las responsabilidades.
Calidad sobre cantidad en las interacciones
Además, las personas que silencian su celular tienden a valorar la calidad de las interacciones sobre la cantidad. Prefieren conexiones más profundas y significativas, priorizando el valor de las relaciones personales por encima de la cantidad de interacciones superficiales. Este enfoque refleja un compromiso consciente con su entorno y con aquellos con quienes eligen conectar.
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Leer másEn resumen, mantener el celular en silencio no es simplemente una preferencia tecnológica, sino una estrategia consciente para gestionar el tiempo, reducir el estrés y fomentar relaciones significativas. Este comportamiento revela mucho sobre cómo las personas buscan equilibrar sus vidas en un mundo cada vez más inundado de estímulos digitales.
¿Qué dice Byung-Chul Han sobre la autoexplotación?
Byung-Chul Han, un filósofo surcoreano contemporáneo, ha explorado este concepto en su obra. Han argumenta que la era moderna, caracterizada por la autoexplotación, ha reemplazado el modelo de explotación tradicional (donde un empleador explota a los trabajadores) por uno en el que los individuos se autoexplotan. Esto sucede debido a la presión para ser constantemente productivos y exitosos.
Este término es utilizado principalmente en el ámbito de la teoría crítica y la filosofía contemporánea para describir cómo las personas, en el contexto de la economía neoliberal y la cultura de la productividad, asumen la responsabilidad de su propio bienestar y éxito de una manera que puede ser perjudicial para su salud mental y física.
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