Tips para iniciar la alimentación complementaria de tu bebé
Allison Santillán, experta en nutrición materno-infantil, explica qué alimentos deben consumir los pequeños a partir de los seis meses de vida.
La leche es la principal fuente de nutrientes para un bebé mínimo el primer año de vida. Sin embargo, desde los seis meses es necesario que los padres, poco a poco, fomenten la alimentación complementaria del pequeño con frutas, vegetales y proteínas. Así lo explica la nutricionista Allison Santilán, experta en nutrición materno-infantil.
Al hablar de las frutas, la experta recalca que deben primar aquellas que cuentan con una alta cantidad de vitamina C (como la frutilla, naranja, mandarina y manzana). Los vegetales pueden ser variados pero también hay que dar protagonismo a los ricos en hierro como el brócoli y la espinaca.
Las proteínas como el pollo, la carne y el huevo también pueden incluirse en la dieta. “El huevo se puede preparar cocido, revuelto o en una tortilla. El pollo o la carne se los pueden ofrecer al bebé en hilachas o en tiras largas para que las puedan comer fácilmente”, menciona Santillán. Y no olvide los carbohidratos como el arroz, cereal, pan y papá que también cuentan con nutrientes para el pequeño.
Método de preparación
Todos los alimentos a ingerir deben tener texturas suaves en preparaciones como las papillas y las cremas. “Las frutas muy duras como las manzanas o las peras se las puede cocer al vapor o cocinar en agua”, explica.
Debe saber
- Sí se recomienda el uso de la sal de mesa con yodo para las preparaciones.
- No use azúcar en ningún platillo por lo menos hasta que el bebé cumpla los dos años de edad. Lo ideal es que aprenda a comer disfrutando del dulzor natural de los alimentos.
- La miel está prohibida porque puede tener la bacteria clostridium botulinum y, como el sistema digestivo del bebé aún no está plenamente desarrollado y no tienen una gran cantidad de ácido gástrico, podría sufrir una intoxicación.
- El aceite de oliva o de aguacate es una opción para las preparaciones de los platillos. También puede introducir a la dieta del pequeño las grasas buenas a través de la mantequilla de maní o de almendra.
Fruta fresca vs. deshidratada: ¿cuál elegir?
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Uno de los puntos claves es que al iniciar la alimentación complementaria no hay necesidad de que el niño se siente erguido por sí solo. Eso sí, lo ideal es que “con la ayuda de un respaldar pueda estar sentado recto o semirecto porque si está acostado o inclinado se puede atragantar”, recalca Santillán.
A los seis meses pueden comer en la mañana y en la tarde. A partir de los siete, ya pueden hacerlo tres veces al día. Es probable que al inicio el niño no va a consumir una gran porción. Tendrá más apetito de forma progresiva.
Santillán recomienda la guía de un nutricionista en el caso de que un miembro de la familia tenga predisposición a alguna alergia alimentaria. De esa manera, se previenen problemas digestivos o dérmicos.